Quizás el mundo nos esperaba, quizás no; quizás las estrellas brillaban, desde luego que de amor no; pero de qué intento quejarme cuando tus labios me susurran tan feroces «escondámonos bajo la luna, donde nadie pueda vernos y encontrar la diferencia que hay entre nosotros».
Eres una promesa que respiro en cada sonrisa, la cual te cuenta en el silencio como de ruidosos son tus ojos en mi mente; mi corazón alborotas, y lo mejor es que tú lo sabes; eres una irrealidad que mis dedos acarician, eres un sueño más profundo que el cielo; te voy a enseñar que no hay futuros muertos entre tú y yo, sino mañanas que observo contigo a mi lado.
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