—Y Elina me ha dicho que Dael le contó a Elea y a ella, que Edric la ha acompañado hasta casa y que para despedirse le dio un beso. —James escuchó como Layna se lo contaba orgullosa a todas las chicas que quisieran escucharla para después reírse emocionadas.
Todas ellas llevaban preciosos vestidos, hasta las rodillas, de colores blancos, azules claros, rosas y amarillos. Los cabellos largos con tirabuzones perfectos y peinados adornados con lazos.
—Yo he escuchado que se dieron de la mano. —Comentaba una de las chicas que quería demostrar que ella también sabía algo acerca del tema.
—Eso no estaría nada bien. —La reprimió Layna por decir algo como eso.
—A mí me han dicho que los muggles lo hacen para demostrar que son pareja y se quieren. —Dijo Lyla como si a ella no le pareciera tan raro, los muggles bien lo hacían.
—Nosotros no somos muggles. —Riñó Layna, la hija del alcalde de Ottery St. Catchpole. —¡James! —Se había percatado de la presencia del chico unos metros más adelante. Se alejó del grupo y fue a alcanzarle. Estaba de pie junto a sus abuelos y familiares. —Señores Weasley. —Saludó a todos para luego mirar al chico. —Podemos hablar un momento.
James miró a sus abuelos pidiendo permiso, al ver que no decían nada se alejó con Layna.
—Dime. —Se pasó una mano por el cabello desordenándoselo. Si alguien presente hubiera conocido a su abuelo le hubiera recordado muchísimo a él.
—Algunos de nosotros hemos quedado esta tarde en mi casa, por si quieres venirte. —Dijo Layna con timidez. Estaba invitando a un chico, a solas. No era como los demás que se lo había dicho en grupo.
—No lo sé. Había quedado para subir hasta donde nace el arroyo y tirarnos por allí. —Se quedó unos segundos en silencio, su abuela le echaría bronca por rechazar una oferta de la hija del alcalde y su tío Charlie le diría que provechara, que una chica bonita era una chica bonita. —Pero si puedo me pasaré. —Le prometió.
Layna pareció que la última parte le satisfacía y ya le valía. Volvió con sus amigas al momento después de sonreírle a James encantadora. James escuchó como Layna les contaba que él había dicho que iría acompañado de las risitas agudas.
—Podemos volver dando un paseo. —Escuchó como su abuela le proponía al señor Weasley, al tío Bill y tía Fleur. —Ron y Hermione no llegaran hasta dentro de dos horas y Percy con sus hijas vendrán al postre directamente.
—He escuchado que a Molly le han dado una beca e irá a la universidad. —Comentó Fleur, aún con su acento francés. —Percy estará muy orgulloso.
—Si Victoria no lo hubiera hecho, se la habría cargado. —Bromeó Bill. —Al igual que Dominique. —La advirtió con la mirada haciendo que su hija se riera.
—¿Y George? —Preguntó el señor Weasley.
—Mucho trabajo, como siempre. —La señora Weasley suspiró tristemente. —Fred y Roxanne vendrán con Ron y Hermione.
Dando un paseo había casi una hora desde el centro del pueblo, donde se encontraba la capilla a la que iban todos los sábados a las reuniones del pueblo, hasta la vieja y alejada casa de los Weasley. James recordaba como muchas veces la señora Weasley les había contado como su madre, de pequeña, les había cambiado los nombres a los caminos y los senderos. Siempre decía que su madre, de pequeña, había tenido muchísimas imaginación al ser la única niña entre tanto niño y al vivir tan lejos de todos.
—¿Qué quería esa chica? —Le preguntó Bill a James de vuelta a La Madriguera en secreto. En ese momento, según Ginny, estarían pasando por el Sendero de los Enamorados.
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James en Ottery St. Catchpole
FanfictionEl mundo mágico y muggle nunca habían estado más distanciados y con reglas más estrictas. Mientras el mundo muggle habían ido avanzando; el mundo mágico se había anclado en el pasado férreamente. Parecía impoisble que llegaran coincidir.