Me sentía aturdida, mi cabeza daba muchas vueltas y no podía recordar nada. Abrí los ojos y no pude ver nada, al parecer estaba rodeada de oscuridad. Intente moverme pero no pude, mi cuerpo estaba completamente inmovilizado. Dadas las circunstancias supuse que era de noche aunque había demasiado ruido para serlo. Muchos sonidos conocidos; eran carros, gritos, pasos, teléfonos, trataba de concentrarme más para escuchar con claridad. Forcé mi vista para ver algo; cuando una tenue luz estaba invadiendo el lugar donde me encontraba; una risa me sacó de mis pensamientos.
-vaya despertaste, pensé que habías muerto- aquella voz era muy conocida pero a la vez tan extraña – aunque complique un poco los planes, es mejor que vivas para que veas el fin del imperio Miller- rio nuevamente.
-¿Quién eres?- mi garganta dolía por lo que mi voz apenas era audible -¿Dónde estoy? – pude sentir su fría mano en mi hombro y me horroricé, la luz fue expandiéndose hasta que una parte del lugar quedó iluminado. Vi como las paredes fueron surgiendo de entre las sombras en ellas no había puertas solo pequeñas ventanas que estaban a 2 metros de altura, la luz también dejó ver una pequeña mesa frente a mí que contenía muchos instrumentos desconocidos, la mano de aquel personaje se retiró de mi hombro y acto seguido una silueta se posó frente a mí.
-¿asustada heredera Miller?- un escalofrió me recorrió el cuerpo; ¡esa voz! -o debería llamarte "hermanita".
Esa voz era de ella, es inconfundible, solo podía ser ella; al ver una versión mía frente a mí lo confirmé.
-Mei – dije muy sorprendida
-oh vaya ¿me recuerdas?- dijo sujetando mi cabello fuertemente – ¿Qué crees? Hermanita- sonrió sombríamente – esta vez no podrás hacer nada- su voz sonaba cada vez más aterradora.
-Mei pero ¿qué haces?-
-todos tendrán la parte de la herencia que les corresponde- no lo decía en tono amable, aquello sonaba más como una amenaza. Bajé mi cabeza me sentía impotente, ¿Qué podía hacer en una situación así?... intentaría persuadirla.
-Mei yo...-
-shh- dijo acercándose a mi oído –no me interrumpas- se colocó detrás de mí y acarició mi cabello- no te pongas triste, te daré una buena noticia- ahora se colocó frente a mí y me miró con ojos siniestros – el primero será el abuelo.
-El abuelo - ¿Por qué? pensé – ¿Mei porque haces esto? Tu llevas sangre Miller y puedes ser heredera junto a mí - no sabía que otra cosa decirle así que solo dejé que las palabras salieran de mi boca.
-aun no has entendido hermanita- lo decía con una confianza enorme –tu eres clave fundamental de mi plan.- sabía lo que Mei trataba de hacer y ahora podía tratar de negociar con ella.
-entonces- dije un poco más seria –¿tu plan es tenerme aquí y a cambio de mi vida pedir la herencia?- esperaba su mirada de asombro sobre mí pero debí suponer que había cambiado y que nuestros pensamientos ya no se sincronizaban como antes... antes cuando éramos "las dulces gemelas Miller"-
-ahhh Lina, tan ingenua como siempre- lo decía mientras me daba la espalda – es un plan muy estúpido, solo a ti se te puede ocurrir- Mei caminaba alrededor de mí, y miraba su reloj de mano. Me preguntaba que suceso ocurrió que convirtió a Mei en una persona tan rencorosa. De niñas siempre jugábamos y quien pedía perdón por ambas cuando algo salía mal era ella. –
-descuida dentro de poco la espera va a terminar- Mei dejó de rodearme y se plantó justo frente a mí, ella me observaba pero de una manera muy peculiar, no era con lastima o con rencor simplemente parecía observar cada detalle de mí. Su mirada había cambiado tanto, no mostraba ningún sentimiento, su tono de voz era severo y su porte muy imponente. Ella siempre fue la favorita de nuestra madre, aunque también luchaba por ganarse el amor de papá pero él nuca la aceptó del todo. Mei era muy risueña de niña, y yo era un poco más sería pero desde la tragedia todo se volvió muy confuso para ambas.
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Imperium Miller
Teen Fiction¿cuan difícil puede ser destruir un imperio?, si tienes las armas necesarias, no mucho. Lina y Mei miller, herederas por sangre de un pequeño reino en algún lugar del mundo. Una favorito del abuelo, otra favorita de la abuela. Locura y bondad son l...