Nervios.

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Ya estaba mejor, resulta que Lily se había puesto mala debido a su enfermedad, se le complicó un poco en el parto, pero ya estaban bien ella y Julieta.

Estaba sentado a un lado de ella, Lily le daba pecho a Julieta.

—le hablé a mi mamá— le comenté.

Ella me miró y no respondió nada.

—Le comenté que es abuela, y que soy papá— sonreí— me gustaría que fuéramos a verla.

—No lo sé Joel, aún no me siento lista.

—Mi mamá debe conocer a Julieta, sé que mi mamá quedará enamorada de ella, tan pasado más de dos años por favor. — la mire con súplica.

—Bien, en dos meses iremos a verla, y también a mis papás.

—Gracias te amo, eres la persona más valiente— sonreí.

[...]

Al salir el hospital, nos dieron la noticia que la enfermedad de Lily estaba más activa que nada, que debíamos tener precaución.
Lily debe tomar sus pastillas y comer saludablemente.

Julieta, lucía muy bien, sus pestañas tan rizadas, su ceja, su cabello ondulado y negro, vaya si que es lo retrato.

Debía llamarle a mi mamá, así que lo hice.

—¿Hola, mí amor eres tú?— su voz se escuchaba esternecida.

—Si, mamá. Iré en dos meses a verte, Julieta es preciosa, espero con ansias a qué le veas.

—¿Dos meses? Se me harán eternos hijo, en verdad necesito ver a mi nieta.

—Se pasarán volando mamá, ya verás.

[...]

2 meses.

—¿Ya tienes todo en la maleta, mi amor?— le pregunté a Lily.

—si, también Julieta lleva lo necesario para un fin de semana.— me sonrió, estaba nerviosa se le notaba a kilómetros.

—Te amo, todo estará bien.

Después de horas en el avión, por fin llegamos, miles de recuerdos pasaron por mi mente.

Pedimos un taxi, le di la dirección de mi madre y al llegar, a su casa me impacto mucho.

Sus flores que tenía antes, ya no estaban.
La fachada lucía horrible, todo lucía como abandonado, antes era una casa muy bonita, con un cancel blanco y grande, y tenía un gran jardín, ahora simplemente no había nada.

Toque y ella me abrió, lucía más vieja, su cabello estaba más corto, tenía cabellos blancos.

—¡Joel, Lily!— camino hacia nosotros llorando nos abrazo ambos, me miró y me abrazó muy fuerte, sin dudar yo también la abrace, mi madre es mundo.—¡Lily!— abrazo a ella y se dió cuenta que tenía a mi pequeña hija —¿Ella es Julieta?— pregunto ilusionada, Lily asintió y destapó la cobija para que mi madre la viera.

—¡Oh por dios, es Joel en niña!— mi madre lloraba, estaba muy emocionada, cargo a Julieta y tocó sus mejillas.— pasen, pasen— paso con la niña en brazos, y después entro Lily y al último yo.

—¿Cómo has estado?—le pregunté.

—En estos instantes de maravilla.

Lily me comentó que debía pintar la casa, que ella me ayudaría, sería una buena idea y accedí, le dejamos a Julieta a mi mamá por unos minutos para ir a comprar lo necesario para pintar la casa y arreglarla.

Al llegar con todas las cosas, Lily se fue a cambiar de ropa.

—¿Qué harás hijo?— pregunto mi mamá.

—Te pintare la casa, mamá.— le dije y bese su cabello.

—Así déjalo, así está bien hijo.

—No, no lo haré, mientras tú cuida de Julieta y disfrútala.— le sonreí y bese su mejilla.

Mi madre se metió a cuidar a Julieta y Lily salió, en un día pintamos la fachada, Lily había comprado dos flores para mi mamá, para su jardín.
Así que también arreglamos su jardín.

Terminamos agotados, así que fuimos a dormir con Julieta, mañana iríamos a ver a los papás de Lily, ella se veía muy preocupada, y yo también lo estaba.

Me había robado a su hija, y ella nunca los contacto en todos estos años, además no aprobaban nuestra relación al 100%, ¿Que pensaran al saber que son abuelos, que tenemos una hija?

Todavía.- Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora