Jimin no tiene demasiada idea de cómo es que eso sucede; pero desde que pasa, ha dejado de sentir que está en peligro permanente.
La primera vez que Jimin se aferró al cristal que colgaba en su pecho, lo sintió arder entre sus dedos. Ni siquiera había podido darle un ritmo coherente a su respiración cuando los demás llegaron allí. Más de veinte, él no había podido contarlos pero estaba seguro que lo eran. Irradiaban tanta luz que apenas podía distinguir sus rostros, sus alas de diversos colores centelleaban y se batían sutilmente todo el tiempo. Los Tronos eran los ángeles más majestuosos que Jimin hubiese visto jamás.
Yoongi había tenido que soltar la mano que había estado sosteniéndole con tanta seguridad que hasta se hacía palpable, pero se mantenía cerca, sereno e impasible, sin apartar jamás los ojos de él. Las preguntas fueron muchas, y Jimin no está muy seguro de recordar qué fue lo que respondió en cada caso, ya que se limitó a dejar que su alma hablara.
Lo llevaron al claustro y le mostraron cosas que le ayudaron a saber hechos de los que antes no tenía idea. Le hablaron con claridad y sinceridad, le pidieron que regresara cuando la decisión se volviera clara en su corazón. Jimin tenía tanto que meditar y comprender, no estaba seguro de nada, pero era bueno conocer esa pequeña parte de todo aquello que lo constituía.
Tenía que pensarlo, verlo y comprenderlo por su cuenta, eso le habían dicho. Y sin embargo, bastó que pusiera un pie en la tierra otra vez para que Yoongi se materializara a su lado. Eso era lo que pasaba cada vez que Jimin sentía que estaba perdido, que no había una forma en la él llegara a una conclusión. Yoongi llegaba a su lado y respondía las palabras justas para que pudiera tener algunas certezas.
—El mundo está enfermo, Jimin. No tengo idea de cómo se desató todo en un principio, pero estoy muy seguro de que estamos muy lejos de conseguir la paz —la honestidad brutal haciendo eco en su mente cuando Yoongi dice aquello —La humanidad es compleja, la oscuridad que poseen siempre está revestida de luz e inocencia. Somos engañados con mucha frecuencia, cualquier paso en falso hace caer a los más débiles. Y no les importa, la humanidad siempre busca respuestas a cosas que simplemente no las tienen, no les importan las consecuencias, no les importa que nosotros tampoco sepamos cómo funciona. No aceptan su naturaleza y la carga que ser mortal conlleva. Todos los que existimos somos simplemente un ciclo, algunos más largos que otros, pero un ciclo con una misión que se construye progresivamente y que vive dentro de nosotros al fin.
—¿Qué se supone que puedan hacer entonces? Si el mal está en todas partes, si los persiguen y la batalla no se termina jamás ¿Por qué no se dan por vencidos? —Jimin pregunta realmente conflictuado, mientras piensa al respecto.
—Por la esperanza. Porque hay unos pocos que todavía la guardan, hay algunos que cambian vidas sin darse cuenta, con pequeñas acciones. Enseñando con vocación, siendo desinteresados, siempre dispuestos a la compasión, transmitiendo luz cuando ni siquiera saben que poseen una.
Jimin lo piensa por un buen rato, recuerda su vida e intenta saber si tiene noción de lo que la esperanza es —¿Cómo funciona? —Yoongi lo observa con curiosidad mientras le pregunta aquello.
—Nadie lo sabe a ciencia cierta. Es diferente para cada uno, es aquello a lo que te aferras confiando que te salvará. A veces ni siquiera sabes que la guardas, hasta que se materializa frente a ti.
—¿Es eso posible? —Jimin dice abriendo mucho sus ojos, mientras Yoongi asiente.
—Vi a un ángel caer frente a mis ojos, uno de los verdaderamente buenos, uno de los que luchó hasta el cansancio, uno al que estimo mucho. Taehyung actuó movido por la impotencia y la incapacidad de salvar a alguien que resistió cuánto pudo. Cualquiera en su lugar hubiera aprovechado su nuevo lugar, cualquiera hubiera hecho valer la condena de llevar unas alas negras. No lo hizo, Taehyung simplemente aceptó el castigo con humildad y se rehusó a aceptar el poder que corría dentro de él, aunque eso le hacía daño —Yoongi habla sin despegar los ojos de los suyos, y Jimin sabe que como él, ese ángel tampoco tiene la capacidad de mentir —Entonces su esperanza apareció frente a él, siendo alguien que estaba confiando de manera desesperada en que algo podía salvarlo. Sus alas volvieron a ser blancas, y es el primero en lograr algo así en demasiado tiempo.
Jimin se interesa mucho en ello, y Yoongi le cuenta. Muchos de los caídos solo son el resultado de un daño colateral, llevados al odio por la incapacidad de mantenerse quietos ante las injusticias. Hay muchos que solamente vagan sin otra intención que existir, como él. No se dejan arrastrar, pero no son tan puros como Taehyung, no tiene la fuerza suficiente para regresar.
—¿Y crees que yo también tendré la fuerza suficiente? —le pregunta un poco cohibido ante la idea de alcanzar la luz.
—Tu eres tu propia esperanza Jimin, tu fuerza se mantiene intacta dentro de ti. Y creo que eso es por cómo llegaste a este mundo, siendo hijo del amor en medio del caos. Creo que tu padre te dio esa capacidad... No encuentro otra explicación a qué sobrevivieras a algo como esto —Yoongi está tocando el pequeño orificio en su ala —Eres tenacidad pura.
Después de un tiempo, Jimin ya no tiene miedo cuando toca el cristal para llamarlos otra vez. No cree que la claridad que siente por dentro sea algo erróneo.

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Illuminatus sum - Yoonmin
FanfictionLas alas de Jimin siempre habían sido así, con esa extraña combinación de colores en sus plumas: grises muy pálidas en los extremos superiores que se convertían a uno más denso hacía el centro, y terminaban degradándose a un negro centelleante en lo...