Te encontré, en una canción, y volví a enamorarme de ti...
Escuché momentos, reí palabras, abracé recuerdos, lloré silencios...
Era una locura, transitoria, y es que amarte fue eso, una total demencia. Acudían a mí esos tiempos en los que jugamos al "para siempre", en los que nos emborrachábamos con caricias y nos besabábamos con el alma, no con la boca.
Cerré los ojos, callada; invoqué lágrimas, ruidosas. Éramos eso, eso que fue y ya no más, eso que solo existía aún en aquellos lugares que nos vieron ser, reír y amar y ahora nos veían recordar, ignorar y olvidar.
Volví a esos lugares, viajé con una canción. La noche era fría, mi cuerpo caliente. Recordarte era duro, olvidarte, aún más.
Te volvías canción, yo me volvía loca. Te volvías memoria, y yo, ingenua, me hacía a la idea que esa memoria ya era pasada.