Quinta vez

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Las gradas estaban a rebosar, le parecía que nunca había visto a tanta gente junta en un solo sitio. Clark Kent se jaló la camisa intentando que la corbata no le apretara, ni siquiera entendía por qué tenían que cubrir un reportaje de una conferencia de Bruce Wayne cuando con tan solo pedirlo seguro que su hombre iría personalmente al Daily Planet. 

—¿Qué sucede, Smallville? —Le preguntó Luisa al verlo tan agitado. 

—Nada, es que… Hay mucha gente… —Se excusó estùpidamente y ella rodó los ojos riendo. 

Iba a decir algo cuando el hombre importante entró en la sala y todos se abarrotaron haciendo preguntas una tras otra formando más bien un bullicio inentendible que le hizo hacer una mueca a Bruce. El hombre más codiciado de ciudad Gótica estaba allí, mirando a todos lados, esperando ver por algún lugar a su Clark, que de seguro estaba allí y no se equivocó al verlo entre la multitud ser aplastado, desorientado. 

Le regaló una sonrisa burlona cuando este lo vio y sus ojos se conectaron. Era tan diferente. Clark y Bruce, Superman y Batman, eran tan diferentes pero se entendían tan bien que a veces aquellas cosas no tenían explicación para ninguno de los dos. 

La ronda de preguntas era interminable, que si los negocios, que sí relaciones con Metrópolis, que si nuevas empresas, armas, drogas… 

—¿Alguna pareja señor Wayne? Algunos dicen que últimamente parece que está saliendo con alguien…. 

Las voces se callaron y los micrófonos todos se dirigieron a él. Sintió la mirada punzante de Clark sobre él, esperando también una respuesta ansioso. El kryptoniano pudo escuchar su corazón acelerarse nervioso, ese tipo de preguntas lo ponían nervioso y a él le hizo gracias, así que dibujó una sonrisa sin poder contenerse. 

— ¿Y estaría mal si lo hiciese? 

De nuevo una tanda de preguntas se alzó ahogándose una pregunta sobre otra. Bruce se levantó y se fue. 

No lo confirmó, pero tampoco lo negó y por alguna razón ese extraño campo entre el sí y el no, entre ser oficial y no serlo, entre ser mostrado al público y no estarlo, entre ponerle un nombre a lo suyo y no hacerlo hizo feliz a Clark. 

—Oh, definitivamente, lo amo. 

—¿Dijiste algo, Smallville? 

—No, nada —Y siguió sonriendo como idiota a la foto que su cámara había capturado de Bruce. 

Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora