Uno

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Un niño no deseado es lo que era Eithan, unos padres ricos que no tenían que preocuparse del cuidado de su no querido hijo, sin hermanos, sin familiares, solo en esa enorme casa.

Como cualquier otro día se encontraba saliendo del mismo instituto, caminaba por las frías calles del pueblo, todo el camino era blanco y del cielo caía pequeños copos de nieve hasta que éstos empezaron a convertirse en una más fuerte. Eithan corrió hasta una sala donde habían máquinas y en estos estaban muchos niños jugando, al acercarse más notó como un niño que se encontraba en la entrada y no ingresaba, por alguna razón anhelaba con sus ojos aquel lugar, ese niño tenía algo que Eithan no, el podía desear con tanta intensidad una cosa que hasta sus ojos brillaban por ver aquello que lo hacía suspirar.

Eithan se acercó mas para poder ver a aquel muchacho que parecía más pequeño que él, pudo observar como su cabello negro se movía a la par del agresivo viento, sus ojos negros como el petróleo que alguna vez vió, una piel tan blanca que parecía uno con la nieve, lo cual hizo ver como su nariz estaba roja del frío que hacia, sin mencionar sus delgadas ropas que no ayudaban mucho.

"¿porqué no entras?"

"no puedo"

El pequeño miró al suelo por unos segundos para después irse corriendo en medio de la nevada.

Eithan no entendía este escenario, decidió investigar, el era muy curioso y necesitaba respuestas para cada pregunta, lo cual lo llevó a preguntar al dueño de aquella sala de juegos.

"Disculpe, el niño que siempre está en la entrada, ¿porqué nunca entra?" Dijo improvisando un poco, en realidad no lo había visto antes, solo lo supuso.

"Esa sabandija entra pero nunca juega nada y también he recibido muchas quejas de los niños diciendo que su presencia los incomoda así que le prohibi la entraba."

"Entonces si el vendría y juega ¿usted ya no lo votaría?"

"claro que no, si esta pagando es bienvenido aunque dudo que eso llegue a pasar."

Eithan esperó hasta que la tormenta se calmó y fue corriendo hasta su casa, al entrar se encontró con la oscuridad de su hogar, prendió las luces y fue directo a su habitación, no tuvo que ver si sus padres están o no por que ellos tienen muchas reuniones y sus viajes duraban demaciado tiempo, por lo tanto contrataron una mujer de unos 45 años aproximadamente, ella sólo se encargaba de la comida y la limpieza, Eithan no hablaba mucho con ella, el se pasaba todo el día en su cuarto durmiendo, leyendo, jugando o haciendo sus deberes del instituto.

Los días pasaron y en cada caminata a su casa se encontraba a aquel niño azabache mirando a la sala de juegos con sus ojitos negros que gritaban entrar ahí, pero se lo impedían y solo volvía a observar desde la entrada, ya empezaba a tornarse una rutina observar esta escena cada regreso a casa.

Aquel día parecía más largo de lo normal, fue hasta su ventana para ver que todo estaba blanco, no había nada que ver, no habían muchas personas por que la tormenta iba a comenzar pronto, en Alimort siempre el clima era así, al estar buscando algo que observar notó como el mismo niño de cabello negro se encontraba caminando cerca de su casa.

Eithan pensó seguirlo pero el no salía mucho y tampoco sabía que iba a pasar si lo seguía, entonces solo se quedó en su habitación, fue hasta su cama y se durmió. Eithan tenía una vida sin amigos, sin padres, sin hermanos, sin metas, no tenía pasatiempos, una vida vacía que llegó al punto de preguntarse '¿por qué estoy vivo?'

Nota de quien escribe esto, duh:
Esto lo escribí hace tres años, volví a leerlo y me entraron unas ganas de continuar esta historia, en su momento nunca lo publiqué, no se como seguirá esto ya que solo escribí un capítulo, tengo recuerdos vagos de como más o menos quería que sea la historia, ya veré si lo cambio o sigo la trama original.

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⏰ Última actualización: Mar 22, 2022 ⏰

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