La última vez.

Se levantan las sospechas.

     Al día siguiente hizo su misma rutina de siempre, levantarse, peinarse, vestirse, desayunar e ir a trabajar.

     Cuando Samuel estaba a punto de irse, llegaron dos detectives a hacerle unas preguntas. Samuel no quería ser descubierto así de fácil, así que mintió en cada pregunta. Debido al nerviosismo inexistente de Samuel durante la realización del cuestionario y la aparente "honestidad" que mostraba, los detectives se fueron.

     Los detectives se llamaban Matías Andrade y Ernesto Toesca. Ellos ya habían cuestionado a todos los contactos de Débora, sin embargo, ninguno tenía ni siquiera la pinta de sospechoso. Matías daba el caso por perdido, no había pistas que puedan llevar a nadie a algún sospechoso y mucho menos a un culpable, pero Ernesto ya tenía un sospechoso; Samuel Espinoza.

-¿Qué? ¿cómo es eso de que cerrarás el caso?- preguntó Ernesto sorprendido.

-¿Y qué más quieres que haga?, no hay pistas, no hay absolutamente nada que nos pueda llevar a un culpable, ni siquiera a un sospechoso- respondió Matías, mientras se servía un vaso de cerveza.

-Pues yo sospecho de alguien- dijo Ernesto mientras hojeaba su libreta.

-¿Ah sí? ¿de quién?

-De Samuel Espinoza. El cajero del local, su amante.

-Jajajaja, ¿y por qué?

-Ni se inmutó al saber sobre la muerte de su amante, ¿no te parece extraño?

-Hay distintos tipos de amantes, puede que sea uno que conoció en una noche y sólo tuvieron una aventura. Sé que una muerte puede impactar a una persona, pero algunas personas no se impactan cuando se trata de alguien que apenas conocen, o simplemente alguien que no es importante en sus vidas, ¿entiendes?, he conocido a gente así, gente de lo más simpática y en sus rostros y personalidad se nota muy bien que a pesar de eso son incapaces de hacerle daño a alguien.

-Lo sé, lo sé, pero ese chico me da muy mala espina.

-Piensa lo que quieras, yo cerraré el caso.

-¡No puedes cerrar el caso así como así!, es imposible que no haya NINGUNA pista, tenemos que seguir investigando. Imagínate, los mejores detectives de la ciudad cerrando un caso de un asesinato brutal en menos de un día, ¿o acaso no viste las condiciones del cuerpo?, no podemos dejar que el asesino se salga con la suya y se quede tranquilo así de fácil.

-Ugh, está bien, pero no cuentes conmigo. Hazlo tú solo.

-BIEN. Encontraré al asesino, ¡y te arrepentirás de no haberme ayudado!