❀ Flor Novena

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Aquellas salidas que Luffy y Law hacían, se volvieron cada vez más frecuentes. El azabache de piel morena, no paraba de mencionar sus sentimientos por Trafalgar... Y, cuando pasaron tres semanas de puras citas... Finalmente Law cayó. A Law le gustaba Luffy.

Pero hoy, era un día especial. Luffy iría por primera vez a visitar a Law, con éste guiándole. Luffy estaba muy emocionado y feliz al saber que era alguien confiable para Torao ya que él decía que no dejaba ingresar en su casa a cualquiera. Pero él iba a entrar.

—¿Llegué tarde? —preguntó el pálido, asustando al menor—. ¿Cuánto tiempo estuviste esperando?

Luffy sonrió como enamorado, aquella sonrisa boba se la regaló a Law.

—No te preocupes —le miró—. Estuve esperando treinta minutos a voluntad propia.

Law le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse de la banca en la que Luffy estaba sentado. Él la tomó y luego de pararse la soltó.

—¿Cosas tuyas, no? —le sonrió disimuladamente y Luffy se sonrojó—. Siempre andas analizando tu entorno... ¿Por qué lo haces?

—Aún no debes saberlo —sin mirar abajo, recostó su cabeza en el hombro de Trafalgar y buscó su mano, dando con ella y entrelazando sus dedos.

El de ojos con ágatas grisáseas se ruborizó. Ese agarre era demasiado amoroso e íntimo, pero el menor ya consideraba a Law como suyo... ¿Por qué? Trafalgar no se quejaba.

—Eres un muchachito muy misterioso —le dio un toquecito en la nariz, haciendo reír a Luffy—. Me encanta tu risa.

—A mí me encanta todo de ti —le miró con ojos entrecerrados, ya que su sonrisa achinaba sus ojitos—. Excepto... —colocó una mueca pensativa—. Excepto que no te guste el arte.

—¿Eres crítico de arte, verdad? —Luffy negó, sonriendo—. Vaya, creí que lo eras.

—No, pero cerca —le sacó la lengua.

Estaban jugando demasiado y no iban a la casa de Law. El mayor de verdad quería llevarle.

—Ya, está bien —miró la hora en su reloj de muñeca—. Vamos a mi casa.

Comenzaron a caminar directo a una parada en la que tomaron un taxi, que Law pagó, de camino a su hogar.

Y como habrán adivinado, a Luffy se le cayó la mandíbula. No podía ser posible que Law viviera solo en una casa tan grande... Hasta pensó que era un castillo o un templo.

Entonces todo cobró sentido para Monkey. Law tenía rostro de príncipe, porque tiene un castillo. Esa era su lógica.

Frente a la gran casa, Law estaba introduciendo la llave en el cerrojo de su puerta principal, mientras Luffy seguía atónito. El de ojos grises esbozó una sonrisa, disfrutando del asombro de Luffy.

—¡T-Torao! —le miró emocionado—. ¡Esta casa parece un castillo! Eres mi príncipe —le apretó el brazo izquierdo a Law con sus dos manos—. ¿Tengo o no tengo razón?

—La tienes, Mugiwara-ya —Luffy definitivamente estaba en las nubes.

Sin duda esos eran los síntomas del enamoramiento.

—... Torao —Law caminó y Luffy le siguió, abrazando la extremidad del más alto—. ¿Sabes que estoy muy muy muy enamorado de ti, cierto?

—Sí, lo sé —le sonrió—. Pero suéltame, por favor.

Luffy le soltó, sonrojado y con la mirada desviada. El mayor le observó con ojos perdidos, no podía creer que se había enamorado de un tonto como lo era su amigo.

—¿Quieres subir a mi habitación? —le ofreció la mano, dedicándole una de esas miradas relajadas que avivavan el latir del corazón que tenía el moreno—. Te espera una sorpresa.

Asintió repetitivamente, lleno de euforia.

Subieron las escaleras tomados de la mano y... Cuando Luffy vio la habitación, quedó perplejo.

—Creí que tu habitación sería bonita.

Law le miró entre sorprendido y extrañado.

—¿No te gusta? —no podía creerlo.

—¡Es broma! —le guiñó el ojo—. Es muy bonita, me encanta el estilo moderno que tiene tu casa. Pero le falta... Hmmm...

—Sé lo que estás pensando y... No. Me gusta como está.

—¡Ay, vamos! No seas aburrido —hizo un puchero—. Un poco de pintura amarilla no quedaría mal.

—Ese no es el punto, Mugiwara-ya.

Law se sentó en la orilla de su cama, Luffy le imitó y se sentó a un costado suyo.

—¿Puedo colocar mi sombrero sobre tu escritorio? —preguntó, sacándoselo. Trafalgar asintió.

Luffy fue, dejó su sombrero y se sentó en el mismo lugar al lado de Trafalgar...

Law miraba a Luffy, Luffy miraba a Law. Estaban en medio de esas miradas tensas hasta que... Law decidió romperlo.

—No puedo hacer nada si no te acuestas, sé que me lo pides —sonrió coqueto—. Tu mirada lo dice todo.

—L-Law —Luffy estaba sonrojado a tope, su mayor le había empujado, dejándolos a ambos en medio de una situación comprometedora—. No estoy listo.

—Lo sé, yo tampoco —incluso después de decir eso, se seguía acercando al rojo rostro de Luffy—. Tengo algo que decirte, hmmm...

—¿Eh?

Pobre Luffy. Murió porque su corazón latió demasiado rápido en ese instante.

✩⡱

Acá, escribiendo lo más rapido que puedo para cumplir con lo prometido. Espero que la flor de hoy les haya gustado, cuídense mucho. Los quiero, nakamas.
(n˘ω˘n)♡

Oh, pero antes de irme... ¿Qué les parece si al final de cada capítulo les hago preguntas triviales? ^^. Por favor no me ignoren :'v.

La flor que buscaba el amor. ✰ LawLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora