Parte 1 el sueño.

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Era una mañana carente de sol y radiante de brisa viscosa. Los perros con cara de bebé saltoneaban por el pasto hurgando un nuevo rincón por orinar, y los señores desempañaban los cristales de sus parabrisas rumbo al trabajo un par de veces antes de llegar,

La gente tenía prisa.

Los niños simulaban exhalar un cigarro de humedad sujetados de sus madres, camino a la escuela.

Algunos adultos no vieron ninguna silueta llamativa camino al trabajo.

otros sí, pero ninguno chocó.

Todo esto sucedía mientras Turbo Meco, el hombre medio en el que todas nuestras esperanzas se encontraban depositadas, acostado en su cama sin almohada, se limitaba a roncar y hacer charcos de baba sobre los rincones más ergonómicos del mueble.

Más tarde, en la hora más inoportuna del día, se levantaría con mucha sed, la cara hinchada y una erección chueca entresaliendo del bóxer, sin siquiera recordar lo que soñó...


Las aventuras de Turbo Meco en el planeta ColapsoWhere stories live. Discover now