CAPÍTULO 2.

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El peli-blanco se había pasado el resto del día en su habitación frente a su computador en busca de los chicos que tenía en mente, su madre ligeramente preocupada pasaba de vez en cuando por la habitación de su hijo para preguntarle si se encontraba bien o si bajaría a comer un poco en algún momento, después de todo ya era tarde y Bang Chan no había comido nada desde que había llegado de la agencia.

Bang Chan se levantó de su silla con rapidez y con una sonrisa que rápidamente cambio a una mueca de dolor por el fuerte pinchazo que sintió en su espalda por haber estado casi 7 horas en la misma posición sin moverse, pero sabía que todo valdría la pena cuando su plan resultara y se deshiciera de ese maldito líder que solo se había encargado de sembrar pánico en Corea.

Miró su celular, 5:40 pm, aún tenía tiempo para el resto de cosas que necesitaba. Tomó su chaqueta y las llaves de su auto saliendo de su habitación para luego bajar las escaleras de su hogar corriendo.

- ¡Chan te he dicho que no bajes las escaleras corriendo! -le gritó su madre desde la cocina mientras terminaba de preparar la cena- ¿por fin vas a comer algo? No has comido en todo el día por estar en tu habitación haciendo dios sabe que cosas- reclamó poniendo sus manos en su cintura aun sabiendo que su hijo no podría verla.

- ¡Hoy no comeré aquí mamá, lo siento! -gritó llegando a la cocina para despedirse de su madre con un beso en la mejilla- por cierto, no me esperes despierta, llegaré tarde hoy, ¡te quiero, adiós! -dijo volviendo a correr por la casa, pero esta vez con dirección a la salida para dirigirse a su auto.

-Este niño algún día me matara de la preocupación- susurró la mujer mirando a su hijo irse.

Bang Chan por su lado iba bastante distraído en sus pensamientos conduciendo hacia la agencia de su padre, la información que había conseguido era poca, pero le serviría bastante con su plan. Los chicos que estuvo buscando todo el día eran alumnos de su mismo instituto, algunos eran de distintos grados pero se había dado el tiempo de observarlos por un tiempo a cada uno, su plan desde que los vio en distintas áreas siempre fue reclutarlos, mostrarle a su padre que los agentes no solo debían ser chicos recomendados por otras agencias, sabía que esos chicos tenia potencial para ser excelentes agentes; era solo cuestión de entrenarlos bien durante un tiempo (cosa con la que no contaban por el momento).

Sacudió su cabeza alejando los malos pensamientos, era en lo último en lo que ocupaba pensar en estos momentos, debía hacer esto por sus amigos, por su cuidad. Una vez llegó a la agencia bajo con rapidez entrando al enorme edificio, saludó a los agentes que se encontraba en su camino a una de las oficinas de informática, durante su recorrido pudo ver como las nuevas 7 placas eran colocadas junto las demás placas que contenían el nombre de todos los agentes muertos, un nudo se formó en su garganta mientras los recuerdos de sus amigos invadían su mente con nostalgia.

Vamos, Chan. No es momento para ponerte así, haremos esto por ellos, los vengaremos pensaba el peli-blanco para luego seguir su camino.

El edificio estaba en silencio como era costumbre, cada quien se encontraba concentrado en sus trabajos de investigación, últimamente todo era un caos total en esta y otras agencias, todos intentaban encontrar soluciones para todo este desastre que estaban causando los grupos criminales.

Una vez llego a la oficina que buscaba tocó suavemente con sus nudillos la puerta esperando una autorización para entrar, una vez la escucho entro cerrando la puerta detrás suya.

-Sunmi, preciosa ¿Qué tal estas, cariño? -habló Bang Chan con su carismática actitud de siempre, saludando a la mujer que estaba frente a él mirándolo con una ceja encarnada- ¿Qué pasa? ¿tengo algo en la cara? -preguntó sabiendo obviamente la razón de su mirada, pero decidió hacerse el desentendido.

Project: SKZ (STRAY KIDS; BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora