Rionail, estaba asustado por aquellos ruidos, pero de inmediato lo agarré del brazo para que reaccionara e ir a ver qué pasaba.
Intentamos llegar a la salida pero Rionail me detuvo y dijo:
-No vayas, quédate, tú ni siquiera peleas. Estarás en peligro si vas. —
-Pero no voy a pelear, solo quiero acompañarte. —le respondí reclamándole mientras retrocedía unos pasos de manera nerviosa.
-Adiós. —exclamó él y se fue corriendo.
Yo no me quedé tranquilo, así que agarré una daga y salí. Tal vez sea cierto que no tengo tanta experiencia luchando, pero soy un fabricador de armas; las conozco de pies a cabeza, por eso no me siento inútil en ese ámbito de pelear.
Estaba corriendo hacía las casas de los obreros, tejedoras, granjeros, en sí "Los plebeyos del reino". Veía a la gente corriendo y juntándose entre ellos, como en grupos, los animales de granja alborotados, algunas prendas y alimentos en el piso, un caos.
Escucho galopes y el sonido de las armaduras de los caballeros detrás de mí, estos exclamaron:
-¡Plebeyos! ¡Diríjanse a sus respectivas casas AHORA! —
Quedé en blanco y escuché una voz que exclamaba mi nombre a lo lejos...
Era ¡Rionail! Reaccione tarde pero me fui con él, que estaba en una esquina de una casa, escondido, cuando llegué le pregunté qué había pasado, estaba preocupado de lo que respondería, así que empecé a comerme las uñas.
-Los soldados que había mandado, llegaron sin sus caballos y sin armamentos, venían corriendo y gritaban "¡Cierren las puertas! ¡Cierren las puertas!" una y otra vez, yo estaba dirigiendome hacia la oficina del comandante, para informarle acerca de los gritos y-y e-entonces... —Rionail empezó a tartamudear y sus palabras se tropezaban cada vez más, en consecuencia, le dije:
-Ya...ya...tranquilo ya mismo hablamos de eso, ahora solo vayamos a otro lado. —cuando terminé de hablarle, yo estaba confundido, creo que ni me puso atención, de hecho estaba observando a otra dirección, yo para ver qué es lo que lo estaba intrigando, posicione mi mirada hacia donde él veía.
Era...una ¿Mujer? Bueno tal vez estaba perdida pero su comportamiento era sospechoso, hasta que nos empezó a observar detenidamente, su rostro era cubierto por sus cabellos azul azabache, además llevaba una especie de bata lo cual empeoraba el hecho de inferir quién era.
Aquella mujer siguió con su camino y ATRAVESÓ la pared de una casa, eso fue algo increíble, quede atónito ante aquel suceso. Rionail y yo cruzamos miradas confundidos, la cara de él se tornó a una firme y segura.
-Sigamos a ese idiota. —expresó y se levantó apresuradamente empuñando su espada.
Nos dirigimos hacia tal lugar, cruzamos el puente que conecta al sector comercial y pobre de la nobleza para poder llegar a la casa en donde pasó eso.
Mientras cruzábamos el puente pude observar a una muchacha con cabellos negros con reflejos azules y largos, sus pasos eran igual de sospechosos que su comportamiento, incluso iba por un sendero muy irregular, esto levantó mi curiosidad, por consiguiente, se lo comenté a Rionail de manera apresurada.
-Rionail, Rionail...mira ven acá, ahí abajo. —El empezó a observarla con atención, súbitamente, él comienza a apretar su espada, lo noté muy tenso, por lo que pose mi mano en su hombro y él salió disparado hacia la muchacha, lo cual me impresionó, parecía un desquiciado o un pobre loco.
Obviamente lo seguí, aunque no creo que haya sido la forma correcta de llegar. A medio tramo le lancé una piedra efusivamente, en consecuencia, el me cuestiona eufórico por el dolor causado por el golpe:
-Pero, ¿Qué mierda te pasa? —al decir esto estaba sobándose en la zona afectada.
-No te parece que estas actuando como aquel "intruso" del que me contaste, si queremos seguir al mismo o en este caso a esa joven sospechosa, deberíamos ser cautelosos, así que, TE CALMAS. —expresé con un todo de voz atenuado al de lo común, de lo contrario, de seguro nos mandarían a nuestros oficios, mientras me acercaba, él dijo:
-Perdón, sigámosla entonces.—yo le respondí...
-No te preocupes, la persona que debería disculparse soy yo por lanzarte esa piedra. —
Él levanto su dedo pulgar como señal de aprobación y me sonrió. Luego de eso, caminábamos en la dirección de la sospechosa, y la vimos caminando por aquel camino rocoso, por lo que nos dirigimos hacia ella por medio de unos árboles viejos con las hojas color café a su alrededor, los cuales dejaban señales de que eran hermosos cuando eran jóvenes...
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El Advenedizo de Atmacena.
FantasyEn esta historia se narra la existencia de un reino llamado "Atmacena" Esta novela esta ubicada en la edad media, caracterizada por poseer sucesos increíbles, con criaturas sobrenaturales y de colosal tamaño como dragones, o en contraposición e minú...