Capítulo 1

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Ensayo

Myoui Mina

Díos, ya tocó el último timbre —mire para mi derecha viendo como Jeongyeon se movía para su derecha, saliendo de su puesto—

Mina ¿Vamos? —decía mientras agarraba el estuche como un bebé su instrumento de viento— ¿O te dio pereza? —dice mientras me enreda el cabello—

¿Yo? Pff —me levanté y agarré mi instrumento— Vemos quién llega primero al séptimo piso —empecé a correr a toda velocidad—

¡Hey! ¿Quién te crees Minari? ¿Pingüino? —decía la avestruz mientras pasaba al lado mio—

¡Ahh basta! —subí las escaleras intentando no chocar con los alumnos saliendo de los pasillos y bajando por las escaleras—

Después de correr sin descanso, llegué a el séptimo piso, dejé mi instrumento dentro de la sala de ensayo y volvi para esperar a Jeongyeon mientras veía una linda vista verde.

De verdad prefiero llegar última que sudando —mire a Jeongyeon, estaba sin ninguna gota de sudor— Minari, tu fleco —se acercó a mi para ayudarme—

Gracias, cambiando de tema, creo que somos las primeras en llegar —nos dirigimos a la sala de ensayo—

Oh cierto… ¿Aprovechamos el silencio para calentar? —dice mientras pone su saxofón sobre la mesa—

Bueno, tengo que armar el fagot primero —pongo el estuche con cuidado sobre la mesa— Cuatro millones, hay Díos...

Ash, cierto que hay que dejar las cañas remojando —decía mientas dejaba una caña mojando solo la punta— Minari- —volteo para ver a Jeongyeon—

Hola, hola —interrumpe Dahyun mientras no despego mi vista de Jeongyeon— Voy a abrir la sala de los instrumentos, si quieren una copia de ella me lo piden —se dirige a la sala para abrirla—

Hola Dahyun —decimos Jeongyeon y yo al unísono— saca los timbales para ensayar juntas, no más si quieres.

Bueno, tardaré algo... —dice alejándose—

¿Qué me querías decir antes? —le pregunto a Jeongyeon—

Nada, es que es algo privado, no creo que sea tan relevante pero como somos amigas... —mi inclino hacía Jeongyeon para que me lo diga más de cerca— Me gusta Nayeon...

¿Ehh? ¿En serio? —me alejo sorprendida— pero si parece que te cae como el reverendo orto —digo entre risas mientras abro el estuche del fagot—

Bueno, es que tengo miedo —dice en voz baja— De que ella me rechace, tal vez ella solo me esta ocupando —baja la cabeza—

Jeongyeon, se nota que muere por besarte —entra Dahyun con un timbal—

Chicas, ehh ¿Me pueden ayudar a traer los timbales que faltan por favor? —dice Dahyun entrando con un timbal a rueditas— ¡Y les doy un beso de Tofu!

Para mi no, gracias —dice Jeongyeon ya terminando de armar su saxofón con el arnés para luego colgarlo en su cuello—

Ah, yo voy Dahyun, pero no me des un beso por favor —camino en dirección hacía Dahyun—

Oh, ese era mi plan, lo arruinaste —dice en broma para luego agarrarme de la mano y me dirige a la sala— Jeongyeon, ya vuelvo, volveré a por ti.

Oye... —dice Dahyun, he notado que sus manos empezaron a sudar hace un rato mientras estábamos caminando—

¿Si? —decía mientras entraba a la sala de instrumentos— Solo faltan tres timbales...

Como creo que notaste, pues —lentamente me empezó a acorralar colocando un brazo en la pared— me atraes hace tiempo, eres muy bonita; tus lunares; tus labios; tu manera de caminar —decía eso mientras sentía mi rostro caliente—

¿Eh? No lo había notado, de verdad —decía nerviosa juntando mis manos— ¿Por qué me dices eso? —digo mientras miro algo tímida—

Pues, como solo somos amigas —me planta un beso en la mejilla— me gustaría que seamos amigas con ventaja ¿No te parece linda? —decía esto mientras ponía una rodilla entre mis dos piernas—

Ah... bueno, no lo sé —desvio mi mirada para un lado— Esto es demasiado rápido ¿No crees? Eres linda si, pero no quiero ser una más de esas dos japonesas que te siguen de tras —agarro su mano y le doy un beso—

Díos, eres difícil —dice sacando su brazo de la pared— Ayúdame con esto —apunta los timbales—

Sin decir nada le ayudo a trasladar los timbales, definitivamente Dahyun quería una línea japonesa tras ella, pero no quiero ilusionar a alguien con hormonas alteradas.

Abro la puerta de la sala de ensayo y encuentro a Sana tocando el triángulo con una felicidad en su rostro con Jeongyeon —supongo que va así— le digo a Dahyun mientras dejo el timbal en ''su lugar''.

Si, esta bien, gracias —deja el otro timbal al lado— Yo voy a ir a buscar el último ya que es uno, gracias.

De nada —volteo a dónde Jeongyeon y hacemos contacto visual— Ash, Jeongyeon —me dirijo dónde ella— Ahora si siento pereza, el fagot no es tan fácil de armar como el saxofón —digo mientras saco las piesas y le pongo vaselina al corcho para unirlas—

Se separa de la boquilla del saxofón y suelta una risa —te dije que eras perezosa— vuelve a unir sus labios con el instrumento.

Chistosa —miro a Sana viendo mi fagot— Sana, siempre miras el fagot así ¿Cuándo el matrimonio? —digo uniendo las piezas por completo—

Ahh —dice tiernamente— es que, a comparación con el mío, el tuyo no es tan común aquí y te ves bien con el —dice alagandome—

Ah, gracias, lo pondré en mi diario de notas —digo entre risas, me pongo el arnés y lo cuelgo en mi cuello— ¿Calentamos?

Ah falta Momo, ya viene —dice Sana— Oh, pero podemos practicar por mientras —dice estúpidamente—

Faltan solo 15 minutos para que él profesor llegué a la sala para ensayar.

Mientras pasan los minutos tocabamos apasionadamente temas ya tocados en presentaciones pasadas, 'Can Can' un clásico en orquestas.

Vi la silueta de él profesor subiendo las escaleras —Chicas, ya llegó el profesor, vayan a sus asientos— De inmediato todos fuimos a nuestros puestos, vi desde la cortina la silueta de una niña baja que acompañaba a él profesor, estaban conversado.

Después de unos minutos vimos como el profesor entraba con ánimos, dejando pasar al parecer a la nueva aprendiz del taller.

Quinta Línea | Michaeng G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora