𝘚𝘰𝘧𝘵 𝘢𝘯𝘥 𝘞𝘦𝘵: 𝘈 𝘑𝘑𝘉𝘈 𝘍𝘢𝘯𝘉𝘰𝘰𝘬.

🍋Rude Boy-Abbachio.

Este es otro pedido, esta vez por Malzieuu . Que lo disfrutes uwu

Los altavoces retumbaban en la mansión de Passione, dado que el pequeño Nara había sugerido montarnos una fiesta: Aquella semana fue muy dura, y todos necesitábamos un descanso.Además, la mansión necesitaba un estreno y ya que tenía piscina decidimos hacerla allí. Honestamente, todos eran una vista a apreciar, pero, cuando finalmente bajó, no pude evitar mirar de más a Abbachio. Sí, era un estirado y no dudaba en recordárselo, pero tenía su encanto y un porte tan elegante que me hacía estremecer...Además, ese bañador...

Rompí a carcajadas al ver el bañador del peliplateado: un bañador de nadador, gracias a dios en forma de briefs. ¿Me ponía? Mucho. Pero joder, es de viejo.

—"Cállate, gilipollas."—Mista notó el porqué de mi risa y no pudo evitar unirse, junto a Nara. Nos ganamos una reprimenda de Bruno, pero valió la pena. La velada pasó amena, con varias peleas con Narancia tanto como juegos y un par de miradas de parte de Giorno y Fugo, las cuales no pasaron desapercibidas ni para mí ni para Abbachio, quien al verlo salió de la piscina con la escusa de que iba a por una bebida.Me escusé de que iba a por un cigarrillo y a controlar al "viejales" y, tras secarme con la toalla me dirigí a la cocina, cigarro en mano.

La luz del extractor marcaba sus finas y afiladas facciones de una manera divina mientras bebía de la botella de Moët. Al notar mi presencia se giró, el ceño fruncido.
—"¿Se puede saber qué cojones haces aquí, niñata?"—
—"¿Te has dejado las gafas de lectura junto a la dentadura, viejales? Vengo a fumar y a ver qué coño haces tú aquí. Estabas echando humos, si te vas a lloriquear al menos disimula.— Le miré mientras daba la primera calada.

—"Pues nada importante para ti, enana. Vete a la mierda, que han puesto columpios."— Escupió mientras daba otro trago.

—"Acompáñame ya que la conoces tan bien...Apuesto a que tienes unos papiros en los que la describen de puta madre."—Reí mientras me acercaba para quitarle la botella y darle un trago.

—"Devuélveme eso, el alcohol daña a los fetos."—Abbachio me miró a punto de perder la cabeza.
—Oblígame.—Abbachio me agarró del rostro para estampar sus labios con los míos en un bruto y pasional beso. Correspondí sin dudarlo para cogerle de las caderas y chocarlas con las mías y moverlas. Quitó todo lo que había en la encimera para subirme a ella mientras mordía mi cuello y sus manos acariciaban mis pechos, quitándome el top bandou que llevaba y poniéndolo al lado para morder mis pechos.

—"No hagas marcas, se van a dar cuenta."—
—"Me importa una mierda que lo vean, y entre eso y con lo que te voy a hacer gritar espero que esa rubia soplapollas y ese intensito de los cojones sepan de quién eres."—
—"¿Así que por eso estabas así? Celando lo que no reclamas tuyo, menudo personaje..."—
—"Cállate."—
—"Cállame"—
Abba acercó sus labios a mi boca para retirarlos y abrirme de piernas, tirando de los cordones de la parte baja para deshacerla y empezar a comerme de una manera exquisita: Sus dedos dentro, su lengua acariciando mi clítoris con fuerza. Cuando sentí mi orgasmo a punto, retiró sus dedos y me puso contra la encimera, atándome las manos con el bandou con una sonrisa.
Tras ponerse protección, entró sin aviso, ganándose un fuerte gemido de mi parte. Las estocadas comenzaron a subir de nivel, mientras dejaba mordidas por todo mi cuerpo. Cuando notó que los gemidos comenzaban a convertirse en alaridos, me susurró
—¿No que no querías que se te oyese?—
—¿No querías que me oyesen?—
Una mano bajó a gran velocidad hasta mi nalga y le pegó, sacando un gemido alto. Al ver esta reacción siguió embistiendo y nalgueando hasta que llegamos al orgasmo. Caí de cara contra la encimera mientras que él salía, riendo al ver mi estado para desatarme y darme un beso. Me volví a poner el bañador y nos quedamos hablando y fumando el "piti post-polvo" para volver, ambos sonriendo.
La sonrisa se nos borró al ver que todos se nos quedaban mirando, y cuando me giré a Abbachio para preguntarle no pudo contener su risa. Me miré al espejo y vi mi estado: el pelo completamente desordenado, todas las marcas, el bañador del revés y, lo más importante, el labial de Abbachio por toda mi piel.