🍋Persiguiéndonos-Josuke.

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Tomé una última mirada al espejo del camerino, aliviada de que el maquillaje no fuese llamativo, como era típico de estos lugares. Según la maquilladora, una chica bastante amable y decente, para "resaltar mi belleza natural". Me ajusté el top como pude: un bandou militar que de milagro tapaban mis pechos, que no estaban aplanados gracias a un sujetador invisible. Me ajusté también el cinturón, algo incómoda pues las balas de atrezzo se me clavaban en la cintura. Las botas eran igual de pomposas que el resto del conjunto, altos tacones que me llegaban hasta medio muslo, con una glock y una daga colgando. El "jefe" había decidido que mi debut sería un rol donde yo era una general que interrogaba a un "preso", alguien del público, a la vez que le daba un lap dance. Accedí a todo, ya que si no mi tapadera podría ser descubierta. Di un largo suspiro y bebí del vaso que una de las chicas me había dejado en el tocador para salir al escenario.

El humo comenzó a esparcirse por la sala, a la vez que comenzaba "Womanizer". Pisé fuerte, decidida, sabiendo que esta iba a ser la última noche de felicidad para todos estos depravados mientras que la Duwang se cargaba al usuario de Stand propietario de este cuchitril. Miré con odio al "afortunado" que estaba sentado en esa silla, demasiado elegante como para sostener a ese pervertido. Hice un par de movimientos provocativos, tenía que meterme en el papel.
O al menos eso intenté.
Hasta que lo vi. De pie, en una de las esquinas de ese sitio, mirándome con asombro al igual que el resto. Sentí un escalofrío al sentir esos ojos deseosos sobre mí, analizando mi cuerpo de arriba a abajo. Josuke era un tipo de amor, lo había dicho varias veces: Entonces, ¿Por qué me miraba con esa sed?¿Acaso mis sentimientos eran correspondidos?
Mi cuerpo se movía al son de la música, viendo como el asqueroso atado a la silla ya estaba empalmado, y ni le había rozado. Qué asco.
La atmósfera se hacía más caliente a medida que la canción pasaba, casi no pudiendo reprimir mis jadeos. Extrañada hice memoria, mientras bailaba más sensual y efusiva porque ya empezaba a escuchar los gritos de Star Platinum desde las bambalinas.
El vaso de agua.

Maldecí mentalmente mientras la canción tocaba a su fin. Jotaro salió corriendo por el pasillo central, agarrándome por la cintura para saltar. Josuke, Okuyasu, Rohan y Koichi le siguieron a la salida, igual de ajetreados que él. En unos segundos el strip club estaba por los aires.
Miré asombrada los restos del lugar mientras Jotaro, jadeante, me entregaba mi bolsa. Intenté cogerla, pero mis rodillas faltaron y caí, soltando un bajo gemido. El resto del grupo me miró atónito mientras retomaba el aliento.

—Me...han-...Viagra.— Conseguí decir, entre jadeos.
—Yare yare...—El resto siguió en silencio sepulcral, con Okuyasu rojo y Josuke tapándose la boca.
—Tengo esposa, y es una menor.—Jotaro se escusó.
—¿¡En serio?!—Okuyasu se sorprendió ante el hecho.
—¿Tan raro te parece?—Cortó Jotaro de malas maneras. Rohan estaba callado, recorriendo mi cuerpo con la mirada mientras guardaba una expresión seria.
—¡¿Por- por qué lo dices tan de repente?! ¿Acaso estás insinuando que nos la follemos?—Josuke añadió.
—El Addyi o viagra femenina causa un descenso de la tensión arterial, por lo cual si ha tomado una dosis demasiado alta y no recibe ese tipo de estimulación puede morirse por falta de oxígeno.—Jotaro añadió, serio. Un escalofrío recorrió mi columna, y aparentemente la de todos. Tras unos segundos, Josuke habló.
—Yo lo haré.—

Llegamos al coche, ambos en la parte de atrás. No sabía qué hacer, por dónde empezar. Se le notaba la duda en la mirada, pero a la vez, tensión. Deseo.
Una mano se me escapó, desabotonando el cinturón de balas lentamente.La cordura se me fue cuando sentí mis propios dedos en mi entrada.
Josuke me miraba atónito, sonrojado ante la escena. Su mano bajó por sus trabajados abdominales también, para sacar su virilidad a la luz y acariciarla ante la vista. Me fijé en cómo lo hacía, con lentitud pero intensidad a la bajada. Me masturbaba al mismo ritmo que él, mientras que con mi mano libre me bajaba los vaqueros, quedando por las rodillas. Me abrí lo que los pantalones me permitían. Un gemido se me escapó al sentirme tan expuesta, y vi como su miembro se tensó por medio segundo. Me acerqué como pude a él, ambas respiraciones chocando mientras nuestras manos fueron a la intimidad del contrario.
Sus besos eran húmedos, lentos, calientes. Sentía que me derretía ante su tacto y comenzaba a no dar casi respuesta. Josuke aceleró la velocidad de sus dedos, por lo cual hice lo mismo. Corté el beso para dar el último gemido. Sus dedos, sus jadeos, su aroma, sus ojos. Todo me hizo llegar.
Sacó sus dedos de mí mientras me agachaba, viendo su cara de sorpresa. Mis labios acariciaron la base, dando una lamida por el músculo bulbocavernoso. Le di un par de besos antes de llegar a la punta y metérmelo en la boca. Sus dedos se enredaron en mi melena a medida que iba chupando, imitando el ritmo que él mismo había puesto hasta que me empujó la cabeza, incitando a que fuese más rápido. Aceleré el ritmo y su respiración se hizo más errática, alejándome para no correrse en mi boca. Sin embargo, no lo hizo a tiempo y acabó en mi cara.
—¡Perdona!—Se exaltó, buscando un pañuelo.
—Está bien, Jojo.—Pasé mi pulgar por mi mejilla para probar su esencia. Se volvió a empalmar.

𝘚𝘰𝘧𝘵 𝘢𝘯𝘥 𝘞𝘦𝘵: 𝘈 𝘑𝘑𝘉𝘈 𝘍𝘢𝘯𝘉𝘰𝘰𝘬.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora