00.2

214 12 0
                                    

Una hora había pasado exactamente para así, terminara la reunión que había acordado el Señor Kim. Por una gran suerte, el peli-negro había podido llegar a tiempo con ayuda de sus amigos.

— Chicos, muchas gracias —agradeció Jeon saliendo de la sala, ya que en ese momento había terminado la reunión.

— No nos agradezcas a nosotros —dijo el castaño— el que hizo el trabajo aquí, fue Jin.

— ¿Qué? ¿SeokJin? ¿Ese SeokJin? —volvió hablar interrogando Jungkook.

— Si, ese mismo —asintió Hoseok.

— ¿Pero como? —preguntó el peli-negro asombrado.

— ¿Porque no le preguntas a él en persona? —el castaño señaló con su cabeza al mayor quién venía sosteniendo unos papeles; los mismos cuando estaba con Taehyung y Hoseok anteriormente.

— ¡Jin hyung! —gritó Jungkook alzando una mano para que pudiera verlo. Al hacerlo el mensionado paso de largo rápidamente con las mejillas de color rosa.— ¿Qué le pasa?

— Ni idea —Taehyung simplemente soltó una risa al imaginarse el porque de su acción.

— Bueno, otro día le agradezco. Tengo que irme —dijo el peli-negro tomando sus cosas.

— ¿Tan rápido?

— Tengo que ir por Eunwoo y Sabrina

Dichas palabras Jeon se despidió de sus amigos y trato de ver en los pasillos si veía a SeokJin; no logró verlo, por lo tanto siguió su paso para dirigirse a la primera planta del edificio. Al salir por completo, fue por su auto al estacionamiento; se subió en éste y lo prendió, dió un suspiro y prosiguió su paso para ir donde sus hijos quienes estaban con Jiwoo.

Al llegar donde su hermana preguntó donde Eunwoo y Sabrina y ella respondió que estaban con Yoongi.

— ¿Sabrina? ¿Eunwoo? —dijo Jeon entrando a la habitación localizando a quienes buscaba.

— ¡Papá! —gritaron los menores al ver al mensionado. Rápidamente fueron a él y lo abrazaron.

El niño pálido se levantó del suelo donde estaban antes los tres jugando para así, saludar a su tío. Rápidamente bajaron a la sala para despedirse; acto seguido el peli-negro se fue ligeramente otra vez con sus hijos para su casa propia.

Una vez ahí, eran las seis con cincuenta minutos, casi para marcar siete empunto.

— Sabrina, Eunwoo... —los llamó por lo que los niños se acercaron a el— Vayan a su habitación y cambiense de ropa. La cena ya estará lista.

Los niños obedecieron al instante subiendo las escaleras. Una vez en su habitación, la cual compartían -Sabrina lado izquierdo e Eunwoo lado derecho-. Cada quien ya traía una prenda diferente, por lo tanto Sabrina bajo las escaleras con un poco más de confianza. Y pues Eunwoo, seguía en su habitación eligiendo que pijama ponerse. A los diez minutos ya estaba los tres reunidos en el comedor para cenar.

— Papi, nos cantas una canción —propuso la niña después de un bostezo y frotándose los ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Papi, nos cantas una canción —propuso la niña después de un bostezo y frotándose los ojos.

— Ya son las ocho y treinta, tiene que dormir —dijo el padre arropando a sus hijos, uno por uno, quedando en medio de ambos sentado en un banco pequeño.

— Porfavor papá —rogó está vez Eunwoo sentándose en su cama color celeste; Sabrina hizo el mismo movimiento.

— ¿Si canto una canción, van a dormirse? —Jungkook simplemente los señaló y los niños asintieron. Segundos después, el mayor ya se encontraba cantando una melodía hermosa y adecuada para los presentes, Sabrina miraba y oía con lujuria la voz de su padre, e Eunwoo lo veía con total atención, ambos admiraban la dulce voz de Jungkook. Era el mismo ángel caído del cielo de quién salía esa maravillosa y fina voz que provenía de los labios del peli-negro.

Minutos después de la canción, Jungkook logró dormir a sus hijos.

Deberia hacer esto más seguido.
Pensó Jeon.

— Empaca tus cosas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Empaca tus cosas. —dijo el chico entrando a la casa con su semblante serio, la de cabello oscuro enseguida lo miró curiosa.

— ¿Qué? ¿porque? —pudo preguntar la chica.

— Tú solo hazlo. —fueron las únicas palabras que logró decir el peli-rosa a su novia— Vamos rápido —apresuró.

— ¿¡Dónde mierdas vamos Park!? —habló desesperada, puesto que su novio la estaba asustando.

— ¿Tienes todo listo? —dijo el peli-rosado minutos después de haber empacado y tomando en cuenta que ignoró la pregunta de la chica.

La peli-negra asintió enojada tomando sus cosas. Acto seguido, rápidamente se fueron dejando en completo silencio el lugar. Todo estaba planeado, nada podía salir mal, se decía una y otra vez Jimin.

Todo va a salir bien, tranquilo.

Padre de dos hijos. \kookTae\ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora