Sólo un Error

Nota:
Para ésta historia utilizaré el siguiente formato de diálogo...

- Todo lo que esté de esta manera será una narración normal -

- lo que se encuentre en cursiva será narrado única y exclusivamente por Shaka, algo así como sus pensamientos -

- (si algo está entre paréntesis serán los pensamientos del resto de los personajes)

- todo lo que se encuentre subrayado será una conversación por medio del cosmos -

Aclarado ese punto, comencemos...

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No... no, no, no, no, no y mil veces ¡¡¡NO!!! No puede estar pasándome esto a mí, tiene que ser un error, sólo un error, pero... no me explico cómo es esto posible... esto jamás debió pasar... pero... no, aún puede que me equivoque... si, eso es... esto no me está pasando y es simplemente un malestar pasajero... tengo que confirmar si mis sospechas son ciertas o son simplemente alucinaciones mías pero... ¿Qué haré en caso de que sea verdad?... ¿cómo se lo explicare a Athena y al Patriarca?... más importante aún, ¿Cómo se lo diré a él? Ni siquiera recuerda lo que pasó entre nosotros en aquella ocasión, además, él ya ha hecho su vida al lado de alguien más, no es justo para nadie que esto afecte nuestras vidas... ¡¡¡BASTA!!! No debo precipitarme... he de ir inmediatamente a Rodorio para saber la verdad...

Eran aproximadamente las 5 de la mañana en el Santuario, Shaka se encontraba en su templo, más precisamente en el baño, mirando fijamente el pequeño dispositivo que había dejado en la base del lavabo de manos, sus ojos no podían creer lo que veían, y es que desde que Athena los revivió después de la batalla de Asgard en contra de Loki, no se había sentido del todo bien, al principio pensó que era normal por haber revivido pero luego de dos semanas los síntomas empeoraban cada vez más, primero eran mareos y nauseas, pero últimamente se sentía demasiado cansado y con mucha hambre, sin embargo, cuando comía, a los pocos minutos devolvía todo y sentía que muchas cosas lo hacían enojar, otras tantas le daban nostalgia a tal grado de querer llorar y otras que antes le hubiesen llamado la atención, ahora simplemente le daban igual.

Preocupado salió el día anterior al pueblo a conseguir aquel pequeño objeto, el cual ahora lo hacía dudar de su futuro. Con resignación se cambió de ropa y salió de su templo con rumbo al pueblo de Rodorio antes de que los demás santos despertaran, quería tener una confirmación más precisa.

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Su rostro pálido a causa de la noticia que acababa de recibir y sus ojos que reflejaban un inmenso temor, le dieron a entender a aquel que le dio los resultados de la prueba que no era lo que quería escuchar, sin embargo, como médico era su deber tratar de tranquilizarlo y más aún en el estado en el que se encontraba, alterarse no era conveniente. El rubio no hacía más que mirar aquel sobre que confirmaba lo que tanto temía...