EBONEE (Saga crepúsculo 3)

Capítulo 6: Graduación.

 Al día siguiente después de aquel desastroso examen por fin era libre. Ya acabaron los exámenes, solo 2 días, me separaban de la fiesta de graduación, pero la verdad, si mi padre no podía asistir no consideraba que mereciese la pena.

Sue estaba con mi padre y yo me encontraba totalmente sola en casa. Sanura dormía en mis piernas mientras estaba sentada en el sofá, mirando la pantalla en negro del televisor. ¿Debía ir a la graduación o no?

Suspire.

Daba igual lo que yo quisiera, no podía dejar solo a mi padre. Por más que Sue quisiera estar allí con él, no podía dejar una responsabilidad así sin más.

Finalmente subí para darme una ducha y vestirme para ir al hospital. Al salir de la ducha y entrar en mí habitación, había una caja blanca y grande sobre la cama.

Fruncí el ceño y mire alrededor, ninguna ventana estaba abierta.

Sentí como una cúpula comenzaba a formarse a mi alrededor. Sin embargo todo desapareció al abrir la caja.

Dentro había un vestido precioso oscuro, unido a una nota:

"Te mereces un momento de diversión. Disfrutalo."

Era una nota simple, y misteriosa pues no tenía nombre. ¿Había sido Alice? ¿Quizá Jasper? Saqué el vestido de la caja y lo observe bien, se veía bonito. Sin darme cuenta está sonriendo. Creo que había sido la primera sonrisa después del accidente...

Al día siguiente, alguien llamaba al timbre con insistencia despertandome en el proceso. Me había quedado dormida en el sofá del salón, vestida. Me froté los ojos y fui a abrir la puerta con cara de pocos amigos. 

En la puerta estaba Leah, quien no necesito una invitación para entrar. 

-¿Que haces aquí? 

-Me dijiste que querías que te enseñara ¿no? Ya sabes matar vampiros y eso. 

-Ya pero no pensaba que fuera tan pronto -dije bostezando. 

-Te preparo el desayuno, mientras ve a cambiarte. Te enseñare la teoría, la práctica ya la haremos...

Quise indagar más, pero en verdad necesitaba una buena ducha...

El día de la graduación llegó y había entrado en una crisis nerviosa. Estaba sola en casa, vestida con el vestido oscuro, sin embargo por dentro estaba acelerada. Mi corazón latía a mil por hora, mi respiración se había convertido en jadeos y casi me costaba respirar. No podía dejar a mi padre, no podía ir a graduarme y sentir todas aquellas miradas de lástima...

La puerta se abrió de golpe y me sentí como cuando a un conejo le dan con las luces largas del coche.

Jasper frunció el ceño y en medio segundo estaba a mi lado.

-Tienes que respirar...

Intente hacerlo, aunque no parecía funcionar. Entonces él tomó mi mano y poco a poco me empecé a sentir mejor. Una paz que hacía mucho que no sentía.

-Gracias -murmuré

Ambos nos miramos durante un largo tiempo, sentía el frió de su mano y aun así no me disgustó.

-¿Ebonee, estas bien? Te vi teniendo una crisis nerviosa y pensé que lo mejor era venir a recogerte. -Alice estaba en la puerta. -Prometo que te arreglaré la puerta.