El estómago del pilar del amor sonó, llevándose ambas manos en el estómago sus mejillas se arrebolaron con intensidad.
"Qué vergüenza, espero que nadie me haya escuchado" fue el pensamiento que se estaciono en su mente, pero ya era demasiado tarde para que Buda oyese su plegaria siendo qué una mano se estaciono en su hombro. Girando el rostro se encontró con la mirada penetrante de Obanai quien extendía con su mano derecha los onigiris.
En los labios de Kanroji se dibujó una temblorosa sonrisa que pronto se extendió hasta volverse una más grande y vivaz.
—¿Para mí?
Iguro movió la cabeza de arriba a abajo. Y como de costumbre uso el número exacto de palabras para responder, siendo que era un hombre que no le gustaba perder el tiempo al usar formalidades.
—Pensé que tendrías hambre —declaro tras haber visto varias veces el gran apetito de Mitsuri después de pelear, sin embargo la dulzura que desprendía el pilar del amor en su mirada le había tomado desprevenido ocasionando que sin querer apartara la vista al notar la cercanía de los dos— Además debió ser duro... —hizo una pequeña pausa titubeando ante sus palabras, ¿Por qué solo con ella parecía que su lengua se movía más de la cuenta hasta terminar hablando de cosas tan triviales?— Después de todo has estado dando todo de ti, bueno digo... Todos nosotros en esta especie de campamento extraño y tú sabes... —Cómo una serpiente acorralada, tratando de prever el siguiente movimiento de su contrario se observó abrumado ante su encantadora presencia y sus inocentes palabras como de costumbre le asombraron.
—¿Comemos juntos?
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Sentados en la banca de madera, bajo el cielo estrellado, la brisa de la noche removió ambas cabelleras, esta vez Kanroji no llevaba su habitual uniforme, sino la hermosa Yutaka rosa con pequeñas flores de sakura en un tono más pálido, y su pelo se encontraba recogido mostrando su cuello desnudo.
Parecía apenas haber salido de las aguas termales "¿Tal vez había sido un mal momento?" No pudo evitar preguntarse Iguro en ese instante. Levantándose de su lugar Obanai se quitó la parte de arriba de su kimono y lo colocó en los hombros de Mitsuri quien había dejado al aire el bocado que le daría a su bola de arroz.
Dirigiendo la mirada hacia su compañero de trabajo, ambas conectaron enseguida, encontrándose en medio de la noche, alumbrados por la luz de las estrellas y la luna, por unos segundos se quedaron así, en la paz del silencio que era grata para los dos.
—Podrías resfriarte —declaro Obanai antes de tomar asiento otra vez y mecánicamente coger una de las bolas del arroz.
—Muchas gracias —Kanroji bajo la mirada tras llevar uno de sus flequillos hacia atrás de su oreja cuando cayó al frente por el abrupto movimiento.
—Debiste cambiarte primero, si enfermas podría ser un problema —soltó sin querer Iguro con la mirada puesta en el cielo.
Las mejillas del pilar del amor se volvieron a arrebolar, después de todo admiraba la segura convicción de su compañero. Siempre firme hacia su propia convicción seguía las reglas con honor y virtud.
—Yo... Lo siento —se disculpó sinceramente tras llevar una mano a la altura de su pecho, el pilar de la serpiente pudo notar el cambio en su voz, y aunque quiso recomponer sus palabras no supo que decir— Yo solo... —las cejas de Mitsuri se habían arqueado hacia abajo, y la luz de su mirada parecía más profunda como lejana para Obanai— Cuando escuche de Tanjiro-kun sobre qué era una agradable noche, no pude evitarlo, quería verla por mí misma —alzo la mirada para verlo fijamente, Obanai solo pudo comparar su mirada con la de una pequeña niña, la misma pureza que creyó perdida y había tomado forma en esa mujer que generaba una vorágine de sensaciones dentro de él— Y me alegra poder haberlo hecho, sé que podría pescar un resfriado, pero esta noche, ¿No es hermosa? —miro el cielo, en sus labios se dibujó una risueña sonrisa que deslumbró a Iguro aún más que la propia noche y el manto estelar que se desplegaba sobre ellos.
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El sonido de tu corazón【Obamitsu】
FanfictionIguro ha escuchado que la vista de esa noche es un evento que no debe perderse. Sin embargo esa noche lo que ha atrapado su mirada no son las estrellas sino la compañía del pilar del amor que como siempre logra mostrarle facetas que desconocía de él...