Antología

Antología 03 - Firme

Resumen: Zhu Zan Jin no puede soportarlo más.

Notas: Actualización, yay (?).

Espero que les guste.

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Antología 03 — Firme

En la práctica, Zhu Zan Jin consigue estirar su cuerpo y realizar una estupenda flexión de sus músculos hasta donde no se creía posible llegar. Es bueno contorsionándose, muy bueno en realidad.

Lo que Zhu Zan Jin no se esperó, es que al entrar en una relación con Liu Hai Kuan, este se aprovechara de ello con perversidad.

—Mantén la pierna arriba —ordena en voz baja y Zhu Zan Jin asiente con vigor, la punta de sus dedos apretándose a la lisa pared blanca

Lentamente, aleja una de sus manos de la pared y busca sostener su muslo erguido, pero Liu Hai Kuan, hincado frente a él lo mira, negando con la cabeza. La sonrisa desaparece para dar paso a una expresión impertérrita.

—Y no utilices tu mano, debes mantener la pierna recta, sólo apóyate en la pared.

... lo dice como si fuera fácil. Para Zhu Zan Jin, permanecer así requiere un esfuerzo más que físico, mental, y el mental en ese momento se está yendo al demonio.

—Ahn—

Un gemido ahogado exuda de su cuerpo, su rictus comienza a llenarse de sudor. La mano que se alejó de la pared retorna con arrebato, afianzándose a la superficie de esta. Los dedos de Liu Hai Kuan, llenos de lubricante sabor cereza, están hurgando en su entrada rosácea, expandiéndola. Sabe que hay dos dedos actualmente penetrándolo con suavidad. El insistente chapoteo se escucha apenas, tornando la lubricidad del ambiente en una eventualidad incómoda.

Liu Hai Kuan está hincado frente a su entrada, frente a sus muslos abiertos y Zhu Zan Jin siente cómo la planta de su pie derecho comienza a adormecerse. Teniendo todo su cuerpo apoyado sobre una extremidad, no es algo sencillo. Incluso el músculo de su pantorrilla reciente el estiramiento.

Emite un suspiro entrecortado. Los sinuosos dedos de Liu Hai Kuan continúa embistiéndolo, aumentando la velocidad. Zhu Zan Jin no es capaz de ver lo que hace, más concentrado en intentar que su extremidad erguida no se duerma por mantenerla tanto tiempo estirada.

—Oh... HaiK— Mhn...

Es incapaz de contener los vergonzosos suspiros que salen de su boca. Muerde sus labios, una gota de sudor se desliza por su sien y cae en su párpado, haciendo que estos revoloteen, exhibiendo el cristalino pardo de su mirada tornarse vino oscuro.

La mano que no penetra su interior se dirige hacia sus glúteos, acariciándolos con suavidad. De vez en cuando Zhu Zan Jin siente pequeños apretones firmes que parecen medir la tersidad de estos.

—Siempre se sienten tan firmes... —Liu Hai Kuan susurra bajo él, ahora haciendo que los dedos en su interior ejecuten al compás un aspaviento cruel, profundo, arrancándole un jadeo sorprendido.

—¡N-No hagas eso! —Zhu Zan Jin exclama, sus ojos ampliándose al momento que siente a Liu Hai Kuan repetir el tenaz movimiento, tornando las embestidas más profundas, más humillantes.

El obsceno sonido de sus dedos internándose en su entrada sensible resuena con fuerza en sus oídos, haciéndolo consciente de cómo Liu Hai Kuan puede deleitarse de la vista bien definida de sus dígitos ingresando a su interior, este ampliándose, devorándolo con ansia enardecida.