🏹CAPÍTULO 13🏹

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Luces de colores que cambiaban de lugar se proyectaban por toda la casa, olía a alcohol, comida y diversión. Los adolescentes con hormonas alborotadas movían sus cuerpos en el centro de la pista al ritmo de una canción que no reconocí.

Giovanny había ido por nosotras y se había quedado estupefacto al ver el radical cambio de Gemma. No dejó de verla en todo el camino, ni ella de sacarle provecho a la situación coqueteándole.

Por otro lado yo había convertido a mi madre en, posiblemente, la chica más sexy de todo Londres, aunque ella no quería aceptarlo. Una blusa negra, adornada con lentejuelas, cortada por encima del ombligo,a juego con una falda ni tan corta ni tan larga del mismo color, unas sandalias de corcho, también negras y un maquillaje que resaltaba sus grandes y expresivos ojos, más que todo, fueron suficientes para atraer la mirada de todos al cruzar aquella puerta. Claro mamá no percibía las miradas descaradas de sus compañeros de clase y los de Est High porque, simplemente, no estaba acostumbrada a recibir ese tipo de atención, Por lo que pasó directo a la barra, donde se encontraban Lucas y Stephanie, todo el camino con la cabeza abajo y podría apostar que ninguno de esos chicos que le echaron el ojo sabía que se trataba de Miranda Evans.

-¡Miranda! ¡Oh por Dios!- Exclamo Stephanie al vernos llegar a su lado. Se levantó de su silla estirando hacia abajo su vestido rojo sin mangas.- Te ves hermosa.- La abrazó- ¿Qué pasó aquí?- Preguntó curioseando entre nosotros.

-April nos hizo un cambio.- Apremió Gemma.

-Bueno April. Te mereces un premio novel.- Solté una risita.

-Lo sé.- Afirmé con orgullo.

Me puse a buscar a papá con los ojoso por todo el lugar, no estaba por allí, no lo veía. Él no estaba pero si Finnegan, logró reconocer a mamá y la sorprendió poniendo sus grandes manos en su pequeña cintura. La rabia se acumuló en mi semblante.

-Hola hermosa.- Pronunció con una voz grave y varonil que (No voy a negarlo) era bastante incitadora. Alto, delgado pero fornido, tenía todo el porte de un jugador de fútbol, con el peso suficiente como para derribar a un equipo completo de fútbol americano. Mamá se veía diminuta a su lado, acomodó su cabello (ahora ondulado) Detrás de su oreja. Él cabello de Alex era rubio y corto, peinado perfectamente desordenado, vestía unos vaqueros ajustados color negro y camisa blanca ajustada igual, que remarcaba sus perfectos y firmes abdominales.

-¿Por qué los delincuentes tienen que venir en un empaque tan encantados?- Me quejé en voz baja. Papá aún no aparecía.

-April.-Oí su voz detrás de mí y sentí una sensación de alivio muy liberadora. Me volteé rápido. ÉL sostenía una cerveza en su mano derecha, estaba vestido informalmente, con una camisa roja a cuadros y unos vaqueros ajustados de color negro y sus zapatos de siempre.

-Wow. Hoy estás decidido a impresionar.- Le dije con sarcasmo.

-¿En donde está Miranda?- Ignoró mi comentario de manera seria. Le apunté a donde se encontraba ella, estaba ruborizada debido a los comentarios que le susurraba Alex al oído por sobre la música. Papá notó su cambio.- Mierda, sí debí arreglarme. Ella está preciosa.

Se queó admirándola por un rato pero justo en el momento e que Alex posó sus labios en la mejilla de ella frunció el ceño y me apartó del camino, caminó hasta ellos y se puso delante cruzado de brazos.

-Hola ¿Cómo están?- Pronunció arruinando el momento. Mamá lo mató con los ojos- Hombre, Alex. Tiempo sin verte ¿Cómo está todo? ¿Qué tal la orden de restricción contra esa chica de North High? Oí que se mudó porque no quería encontrarte por la ciudad.- Espetó papá directamente. Él iba con todo.

-¿De qué estás hablando Leblanc?- Preguntó mamá.

-Oh ¿No lo sabes?- Papá fingió sorpresa.

-Nuestro amigo aquí.- Golpeó el hombro de Alex con una leve palmadita-. Alex, es un violador en potencia.- Sonrió cínicamente- ¿No se lo habías dicho Alex? ¿Es que acaso planeabas llevártela de paseo, violarla y dejarla tirada en la carretera como el poco hombre que eres?- Papá se puso serio y empujó a Alex incitándolo a una pelea.

-No te metas conmigo Leblanc.- Papá rió.

-Si te crees tan duro porque no me lo demuestras.- Mamá intervino entre los dos.

-Luke ya basta.- Papá la tomó por los hombros y la dejó a un lado.

-Vamos Finnegan.- Los puños de Finnegan se presionaron. Los de papá también.

-¡Alex no!- Gritó mamá antes de que Finnegan estampara su puño contra la cara de papá. Mamá soltó un quejido como si la hubiera golpeado a ella. Papá no cayó al suelo pero estuvo a punto.

-¿Es todo lo que tienes?- Se rió en su cara mientras tocaba el lugar donde Finnegan lo había golpeado.

-Luke, por favor, puede matarte, no sigas.- Le suplicó mamá.

-¿Y eso a ti qué?- Le gritó- ¿No que me odiabas?- La cara  de mamá enrojeció pero de ira. Se alejó de allí solo un poco. Alex soltó otro golpe en la cara de papá y este si lo dejó en el piso. Papá permaneció un segundo allí premeditando su siguiente movimiento. La música era ahora más leve, todos estaban mirando la pelea. Papá se levantó, su labio sangraba, pero su cara era de satisfacción por alguna razón. Se paró frente a Alex, creo que él estaba seguro de que iba a desistir pero estaba equivocado. Papá soltó un golpe en la cara de Finnegan y este cayó al piso, papá se lanzó sobre él dándole golpes en la cara, las personas que miraban gritaban alentándolo a que terminara con él. De pronto Finnegan se volteó y terminó sobre papá golpeándole la cara justo como él se lo hacía hace un rato. Mamá sostenía la mano sobre su pecho mirándolos horrorizada. Papá ya no parecía responder y me preocupé.

-Luke...-Mamá dio un grito ahogado demostrando que si le preocupaba. De la nada aparecieron Lucas y Giovany y los separaron. Finnegan quería seguir pero lograron calmarlo, papá yacía en el suelo, con la cara llena de moretones y algo de sangre.

Giré mi cabeza hacia las risas, eran Yolanda y sus séquito de aduladores burlándose de mi pobre padre, tendido en el piso. Mamá no lo pensó dos veces antes de correr hasta él.

-Luke. Oh Dios, Luke ¿Estás bien?- Preguntó poniendo su cabeza sobre sus rodillas- Contéstame.- Insistió mamá. Papá sonrió y abrió los ojos lentamente.

-Sí te importo.- Mamá lo ayudó a pararse del piso mientras él soltaba quejidos de dolor.

-Claro que sí idiota.- Mamá lo llevó al baño. Y yo como siempre tuve que pegar mi oreja a la puerta para escuchar lo que decían.



🏹LA HISTORIA DE MIS PADRES🏹Where stories live. Discover now