Volver a ti.

1. El empujon.

Leia.

La escuela, en este momento de mi vida, se ha vuelto una verdadera cárcel.

Si no fuera por mi mejor amiga, probablemente estaría repitiendo años, ¡Gracias Dios, por dármela a ella! La preparatoria es más difícil de lo que pensé, no solo por las materias, si no, tú vida social. Es increíble como nos protegemos de tantas cosas y no podemos mantener un buen estatus en la escuela, en una fiesta, charlando con alguien. ¿Por que se ha vuelto tan difícil? Según lo recuerdo y a lo que me ha dicho mi madre, yo era alguien muy sociable antes de entrar a la Preparatoria, pero por supuesto, tenías que arruinarlo todo, Leia, mi cabeza me recordó.

Como si supiera lo que quiero decir, mi mejor amiga, Cristina, me regresa a mi estado normal.

— ¿Qué? ¿Estás pensando en tu vida social?

— A veces creo que lees mi mente. — Le digo, me levanto y me siento sobre mi cama ya que estaba acostada con la cabeza colgando de la misma, fue bastante doloroso.

— Parecido. Bueno, no estamos aquí para llorar y hablar sobre como la gente te ha dejado de hablar.

— Auch, justo en el corazón, amiga, justo en el corazón.

— Debemos estudiar, loca.

— Lo se, lo se, pero es imposible aprenderse todo eso para mañana, ¿Que acaso el profe está loco?

— Lo está. — Decimos al mismo tiempo.

— Pero preferible aprendernos esto y desvelarnos, a reprobar el examen.

— Estudies o no, tu siempre apruebas. —Ello rodó los ojos y yo solo la imité.

— Basta. A estudiar.

*

Y así fue como termino mi último día del verano, se deben estar preguntando ¿Tendrás examen en tu primer día? Así es, el profesor nos lo dijo antes de salir pero sinceramente, estuve tan ocupada yendo a fiestas y cosas divertidas, que no estudie; como si alguien fuera a creer eso, Leia. No, la verdad es que amo leer y eso hice todo mi verano, además de llevar a Cristina a sus 'espléndidas' fiestas casi todos los fines de semana. El pasar tiempo con ella está afectando mi salud mental.

Una vez acabó mi primer día de regreso a clases, me encuentro con Cristina y Joshua en el patio de la escuela.

— Hola, tiempo sin verte. — Joshua dijo haciendo una reverencia. Rodé mis ojos.

— Nos vimos ayer, tarado.

— Las horas sin ti son puro desprecio, — dijo en tono burlón, Cristina golpeó su hombro y yo solo reí.

— Entonces, ¿Que quieren hacer en su primer día?

— Dormir. — Joshua y yo dijimos al mismo tiempo.

— Ay vamos, no sean aburridos. Escuche que Thomas hará una fiesta de regreso a clases, en su casa.

¿Vamos? — Joshua y yo compartimos una mirada y me apresuré a decir:

— Cris, te amamos pero sabes que las fiestas, — me apunte a mi y a mi mejor amigo con el dedo índice — no son lo nuestro.

— Lo se perfectamente, pero, seguro pasaron todo su verano tirados en la casa de Leia, viendo películas.

— También leímos. — Joshua dijo y Cris le dio una mirada asesina.

— Bien. Si no van, tampoco yo.

— No, tú quieres ir, así que anda. No nos hagas sentir mal.

— Leia, son mis mejores amigos, no iré sin ustedes a semejante fiesta.