3._Gay

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Todas las miradas estaban posadas sobre nosotros, cámaras, micrófonos y periodistas apuntaban a nuestra dirección. Por suerte, alguien rompió el silencio e hizo estallar a todo el mundo:

—¡TENEMOS UN PRESIDENTE GAY!

Vítores y aplausos empezaron a retumbar por toda la sala, la gente se abrazaba y algunos hasta se besaban.

Giré la cabeza hacia Pedro, me miraba con esa sonrisa tan característica suya, que me hacía sentir en las nubes, lejos de todo aquello.
Porque la sala se estaba empezando a convertir en una orgía entre periodistas, cámaras y políticos, quedé realmente sorprendido.

La gente se quitaba la ropa entre ellos, todos se besaban con todos, hombres y mujeres, mujeres y mujeres, hombres y hombres parecían sentirse totalmente libres de poder expresar sus sentimientos.

—Qué cojo...—Pedro me agarró de la muñeca.

—Sshh...no digas nada—me arrastró hasta lo que parecía una sala de reuniones, y cerró la puerta tras de sí. Una mesa grande de cristal ocupaba el centro, mientras era rodeada por unas sillas de diseño color blanco roto, había como doce o trece, aproximadamente. El interior era espacioso y olía a ambientador de coche barato, esos que se compran en el chino.

—Espera, Pedro, yo no quería besarte, fue un error yo... no entiendo nad...—él comenzó a besarme, de forma lenta pero con ansias, podía notar como iba soltando suspiros a medida que nuestros labios rozaban suavemente, sus manos recorrían mi espalda de un modo travieso que comenzaba a excitarme, hasta que me separé de él.

—No, no, no. Para.

—¿Qué pasa? ¿No es esto lo que querías?—dijo en un todo seductor. Por supuesto que sí, él era el amor de mi vida pero aquello no estaba bien.

—Yo...eh...—iba a seguir besándome cuando alguien llamó a la puerta.

—¿Señor Sánchez?—él se separó de mí levemente y se giró.

—¿Sí?

—Eh...tenemos un problema, hay periodistas que quieren entrevistarle urgentemente mientras que otros están...—parecía incómodo hablando—practicando el coito...encima de la mesa del Parlamento.

De verdad que no comprendía absolutamente nada, y abrí los ojos en señal de sorpresa.

—A los de las entrevistas, échelos de aquí.—dijo acercándose a mí de manera seductora—los demás pueden quedarse.

—Pero señor están...

—¿Me has oído?—parecía realmente furioso—¡LOS QUE ESTÁN DALE QUE TE PEGO SE QUEDAN, LOS DEMÁS NO!

—El resto del partido no aprobará esa decisi...

—¡DESPEDIDO!—gritó. Y cerró la puerta de una patada.

Yo le miré absorto, aún no podía creer que esto fuera real.

—P-por qué...hay gente fo...

—Shh...—me volvió a callar acorralando mi cuerpo contra la pared—te lo explicaré más tarde—me agarró de las muñecas fuertemente— ¿Por dónde íbamos?—en ese momento supe que el juego había empezado, y que no había forma de volver hacia atrás.

Sacaríamos el país adelante. Juntos. Literalmente.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2020 ⏰

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