"Aquellos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla"
Una sensación de ahogo invadió a Sakura en medio de la noche. Se despertó bruscamente casi sin aire y temblando.
Se recostó sobre la pared para recuperar el aliento y reaccionar. Las guerras y la carga del pasado le provocaban esto.
Agradeció a Kami que tenía una habitación para ella misma. La kunoichi acercó sus dedos indices a las sienes y aplicó chakra para aliviar su migraña.
Hacía quince días que habían llegado a Suna. Sus compañeros estaban un poco malhumorados por el cambio de clima. Sakura no tenía problemas para sorpresa de Hayate.
El Hokage los había enviado para ayudar en la construcción de una nueva Academia Ninja. Al parecer, hubo un incendio en la original y el edificio se echó a perder.
De todos modos, Hayate los entrenaba diariamente luego de cumplir con los deberes del día.
El comienzo del día fue un poco estresante pero Sakura puso su mejor cara y comenzó el trabajo.
Daisuke y Jiro estaban en distintos puntos del edificio con los constructores. Mientras que ella estaba transportando con su gran fuerza algunos materiales pesados.
Cuando los aldeanos vieron esto estaban muy sorprendidos pero luego lo superaron.
Al mediodía, Sakura se tomó un descanso y de paso practicar su Fuinjutsu. En un pergamino blanco, Sakura dibujó algunos sellos de nivel intermedio. Faltaba pulirlo pero lo lograría.
De repente, Sakura se sintió observada y levantando la vista examinó el ambiente. Todo parecía normal hasta que vio a un chico pelirrojo mirarla desde la lejanía. Al instante lo reconoció, se trataba de Gaara.
El chico tenía la mirada perdida y un poco alocada. Era inquietante pero nada superaba a la guerra.
Sakura se puso de pie y se acercó al chico. Tenía la edad de Naruto. Gaara simplemente la miró inexpresivo cuando estuvo frente a él.
– Soy Sakura, ¿cómo te llamas? – preguntó la kunoichi bastante directa
Hubo un largo silencio exasperante pero Sakura mantuvo la mirada firme.
– Gaara – respondió el chico pelirrojo
La calabaza que llevaba en su espalda se agitó y una pequeña cantidad de arena revoloteo alrededor de Sakura.
– Esto es muy interesante – habló la kunoichi pasando su mano por la arena – vaya, utilizas tu chakra para manipularla – una soga de arena se formó en su cuello y Sakura lo miró oscuramente – créeme que no te gustará intentarlo... – Gaara la miró muy brevemente antes de retirarse
Los días continuaron y Sakura y su equipo continuaron trabajando en el edificio.
Hayate les enseñó algunas trampas complicadas y les habló bastante sobre misiones de infiltración. Sakura continuó siendo observada por Gaara en el día.
A veces, su equipo y ella iban a cenar juntos en alguna barbacoa. Las comidas tradicionales de Suna eran muy diferentes a Konoha y sorprendentemente muy sabrosas.
Un día, Sakura iba caminando por una pequeña plaza cuando divisó varios niños molestar a Gaara y este mirándolos.
La kunoichi observó cómo Gaara tenía una pelota en sus brazos y miraba a aquellos niños molestarlos.
Los niños le tiraron piedras pequeñas e iban a buscar unas más grandes. Sakura frunció el ceño y se acercó caminando.
– ¿Qué sucede aquí? – preguntó Sakura
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Sakura
FanfictionLa pequeña Sakura miró confundida a la hermosa mujer delante de ella "¿Cómo dijiste que te llamabas?" preguntó y la mujer de cabellos rojos ardientes sonrió con paciencia "Mito Uzumaki"