Capitulo 40

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Da igual lo mucho que me haya esforzado en evitarlo durante la semana, no sémuy bien cómo he acabado con él en su coche. No me mira mientras entro nicuando me abrocho el cinturón. Vuelvo a estirarme el vestido en un intento por cubrirme los muslos. Permanecemos un momento en silencio, y entonces saledel aparcamiento. Lo único que lo salva es que no ha dejado que Keana vengacon nosotros. Habría preferido caminar hasta casa que ver cómo le hace la pelota.

— ¿Y ese nuevo look? —pregunta por fin una vez que hemos salido a la autopista.

— Pues..., bueno, supongo que Halsey quería probar algo diferente conmigo — digo.

Mantengo la vista fija en los edificios que van pasando al otro lado de laventanilla. La música heavy que le gusta escuchar está sonando de fondo.

— ¿Es un poco excesivo, no crees? —pregunta, y yo cierro los puños sobre el regazo.

Ya sé su plan de hoy: insultarme todo el camino de vuelta.

— No hacía falta que me llevaras a la residencia, ¿sabes? —Apoyo la cabezacontra el cristal en un intento por crear todo el espacio posible entre nosotros.

— No te pongas a la defensiva; lo único que estoy diciendo es que tu pequeño cambio de imagen es un poco extremo.

— Pues me alegro de que no me importe lo que pienses, pero teniendo encuenta lo poco que te gusta mi apariencia normal, me sorprende que no te parezca que estoy mejor así —le suelto, y cierro los ojos.

Ya estoy agotada deestar con él, y está absorbiendo las pocas energías que me quedan.

Lo oigo reírse entre dientes, y apaga la radio.

— Yo nunca he dicho nada malo sobre tu aspecto. Sobre tu ropa, sí, pero sin duda preferiría verte con esas horrorosas faldas largas que con este vestido.

Está intentando explicarse, pero su respuesta no tiene mucho sentido. Parece Gustarle que Keana vaya vestida de este modo, aunque mucho más vulgar, así que, ¿por qué no yo?

—¿Me has oído, Camila? —pregunta al ver que no respondo, y siento que metoca el muslo.

Rehúyo su contacto y abro los ojos.

— Sí, te he oído. Pero no tengo nada que decir al respecto. Si no te gusta cómovoy vestida, no me mires.

Lo bueno de hablar con Lawrence es que, por una vez en toda mi vida, puedo decir todo lo que me venga a la mente sin tener que preocuparme por herir sus sentimientos, ya que por lo visto no los tiene.

— Ése es justamente el problema, ¿sabes? Que no puedo dejar de mirarte. — Cuando las palabras salen de su boca, considero abrir la puerta del coche y lanzarme a la autovía.

— Venga, ¡por favor! —Me río.

Sé que va a decirme cosas lo bastante bonitas, aunque ambiguas, para que Luego sea aún más doloroso que las retire y me insulte.

—¿Qué? Es la verdad. Me gusta tu ropa nueva, pero no necesitas tanto maquillaje. Las chicas normales llevan toneladas de maquillaje para estar tan guapas como tú sin él

«¿Qué?» Debe de haber olvidado que no nos hablamos, que intentó arruinar mi vida hace menos de una semana y que nos despreciamos el uno al otro.

— No querrás que te dé las gracias, ¿no? —digo medio riéndome.

Es tan complicado...; tan pronto está en plan enigmático y enfadado como almomento no puede dejar de mirarme.

—¿Por qué no les has contado la verdad sobre Niall y yo? —preguntacambiando de tema.

After (Camren g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora