ᴅᴇᴛʀᴀs ᴅᴇ ᴛɪ | ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ ʏᴀɴᴅᴇʀᴇs

♣Yandere!¡ Kaito Shion x Lectora!Suicida¡

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Dedicado;kio434

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Suspiro con cansancio al observar nuevamente al mismo chico cerca de si butaca favorita, ignorando su sonrisa —realmente fastidiosa— no tuvo de otra que pasar cerca de él y pasar sin prestarle atención.

No estaba de ánimo, o más bien, no tenía tiempo para estar soportando palabras que no llenarían su vacío, prefería estar muerta, pero ese fastidioso chico, siempre estaba en donde no lo llamaban.

—¡Espera, (Nombre)! —exclama el chico, de cabellos azules, tratándo de detener a la chica, de vestiduras negras.

—¡Dejame, Kaito! —responde de forma brusca, sin importar que las personas que se encontraban ahí, los viera raro, es más con ella nadie se metía, después de todo era la…

—Miren, es la suicida —eso mismo… aquellos mismo comentarios desde siempre, y que ni siquiera le interasaba.

Vestía ropa negra, ni siquiera se interesaba en su belleza, es más, ni siquiera era popular, solamente era una chica que odiaba su vida, y que queria terminarla, pero… cierto chico estaba interesado en ella.

—Por favor… no hagas ninguna locura —suspiro el chico, pasando su mano diestra por su hebras azules, suspirando.

No había forma de detener la locura de su chica.

Porque, si el se autoproclamaba su novio, cosa que ni siquiera (Nombre) confirmaba, sabía que esta lo veía como un estorbo. A pesar de eso, Kaito no se rendía.

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—¡Kaito!, ¡es una emergencia!—grito Meiko al ver al de cabellos azules caminar por los pasillos de la escuela, este al ver a la alarmada chica llegó donde ella para sostener sus hombros—. (N-Nombre), en la enfermería dicen que tomó demasiadas pildora-

Fue suficiente, Meiko miro con preocupación como Kaito salió corriendo en dirección hacia donde la chica, Meiko solo suspiro y pidió que nada malo le pasará.

Entendia que sufría por la muerte de su familia. Peo no era para quitarse la vida.

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Kaito corría con rapidez hacia la enfermería, en busca de su chica, se odiaba a su mismo por dejarla unos segundo sola.

—¡Enfermera!, ¿¡como se encuentra!?

—¡Kaito!, Por Dios, que susto —la mayor suelta un aire de alivio—. Pensé que era algo malo.

—¡Nada de eso¡, ¿¡Como esta ella!?

Entonces se percató de la chica en una camilla, la enfermera suspiro.

—por ahora no dado signo de envenenamiento, pero llame a una ambulancia para no perder tiempo—la mayor mostro una expresión con tristeza—. Esta pobre niña cada vez me saca miles de susto, es admirable y a la vez doloroso ver como ella algunas veces soporta el dolor de perder a su familia completa y ahora simplemente quiere acabar con su vida.

Kaito cerro los puños, cuantas veces iba ya, dos o tres, no importaba cuantas, pero su (Nombre) sufría, y él como fuera posible quería acercarse a la arisca chica.

—Si no le importa, la puede acompañar.

—Oh, por supuesto, la compañía de su novio es muy importante.