— ¿Bae Irene? ¿En serio?
Sicheng rechinaba los dientes y apretaba los puños intentado no lanzarse sobre el muchacho sentado frente a él, con expresión tranquila y los ojos ligeramente brillantes, Yuta dejó su lectura unos momentos para enfrentarse al rubio.
— ¿Qué sucede con Irene?
— ¡¿Y te atreves a preguntarlo?!
Definitivamente los celos eran dramáticos pensó.
—Deja de gritar Sicheng, no creo que quieras que alguien te escuche.
— ¡No cambies de tema Yuta!
Suspirando, cerró el libro que tenia en su regazo y lo colocó sobre su mochila, la terraza de la secundaria era su lugar preferido para leer, principalmente por el silencio del lugar y la llamativa vista de la ciudad.
Se arrepentía un poco de haberle enseñado el lugar a Sicheng.
—Ven aquí estrellita —Susurró tomando la mano del rubio y tirándolo hacia su regazo.
Sicheng soltó un gruñido pero terminó abrazando con fuerza el torso de Yuta, escondiendo su rostro en el hueco entre el cuello y hombro del muchacho.
Acariciaba distraído el rubio cabello del muchacho preguntándose porque las cosas tenían que ser tan complicadas con él.
—Eres muy cruel con Irene, realmente detesto esa ridícula actitud tuya.
—No es ridícula, tú no lo entiendes.
El japonés soltó una risita burlona dejando de abrazar momentáneamente a Sicheng. —Por favor iluminame estrellita ¿Qué es más importante que el respeto hacia el projimo?
—No dejes de abrazarme Yuta —Susurró en cambio.
—Eres un chico cruel y mimado, no debería ser tan amable contigo —Bufo molesto, rodeando el pequeño cuerpo de Sicheng nuevamente.
— ¿En serio piensas eso de mi? —Yuta oyó el murmulló herido del rubio y algo extraño se agitó dentro suyo.
—No, en realidad, pienso que eres un chico inseguro con más máscaras que un coleccionista.
El rubio permaneció en silencio un momento, y sólo se permitió apartarse lo suficiente para ver el rostro serio de Yuta. — ¿Me quieres?
—Para mi pesar, sí, te quiero Sicheng.
—Haces que suene como algo horrible.
Yuta acarició distraídamente el pálido y dulce rostro del chico, naufragando en el mar de tristeza que era aquella mirada.
—Lo es Sicheng, ni siquiera eres capaz de aceptar tus sentimientos por mi, insultas a mi amiga hasta hacerla llorar ¿La popularidad es tan buena como la pintan? ¿Esas chicas con las que te rodeas, te hacen sentir bien?
Sicheng negó repetidas veces, sintiendo en su pecho un sin fin de emociones intentando arduamente salir a flote, buscando liberar todas las cosas ocultas en los últimos años.
—Lo siento, lo siento, soy tan egoísta... Yo...
—Lo eres, un egoísta pomposo y demasiado superficial ¿Cómo es que me enamore de ti? Y yo que me burlaba de Romeo, estoy seguro que Shakespeare debe estar riéndose de mi en estos momentos. Enamorarse de ti Sicheng, debe contar como suicidio.
Yuta lo besó con furia, como si lo detestara y el rubio no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas mientras se aferraba con fuerza al cuello del muchacho.
—No me dejes —Soltó entre hipidos, besando repetida y cortamente los labios rojizos de Yuta—. Ya no molestare a Irene, lo prometo, pero por favor...
Definitivamente Shakespeare debía estar riéndose de él, Yuta no podía evitar ceder cuando Sicheng comenzaba a llorar y murmurar incoherencias, detestaba su frágil corazón.
—Te quiero tanto estrellita, pero tu brillo artificial comienza a fastidiarme.
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Celebrity Skin ; yuwin
NouvellesLas jerarquías en las preparatorias lo arruinan todo y Yuta no lo tuvo muy presente al enamorarse de la estrella en la punta de aquella pirámide. Historia corta, capítulos relativamente cortos.