BIBIDI BABIDI BU CONVERTIDO ESTAS TU

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[solo la historia es de mi autoria, los personajes son propiedad de Marvel, este trabajo es con fines meramente fangirleros ]

Steve había tomado el tren esa tarde para regresar a casa, al entrar al vagón, encontró un sitio donde sentarse, justo al lado de una rubia quien lo miro con sonrisa coqueta para luego sonreírle.

Para el rubio era algo normal llamar un poco la atención puesto que luego de una niñez algo desgarbada, había pegado el estirón junto a una buena cantidad de musculatura, pero eso era lo de menos. Él era un chico normal, heterosexual y de vida común.

Se dijo que tal vez ya iba siendo tiempo de congraciar con una buena chica para poder seguir con la vida que un chico debe seguir, tal vez podría pedirle su número a la chica que estaba sentada al lado suyo, aunque la verdad no le llamara tanto la atención.

Cuando estuvo a punto de hablarle, el vagón se abrió nuevamente dando paso a más gente, entre ellos, un morenito entro vestido con una blusa ajustada y falda ampona, que dejaba al descubierto unas sexys piernas.

Los ojos del rubio se desviaron rápidamente por el impacto de ver a un chico, porque si, era un chico vestido de esa manera.

El castaño reía sin ninguna pizca de vergüenza al lado de un pelinegro de risos y lentes quien, algo sonrojado, escuchaba atento las palabras del morenito.

—te lo dije Bruci, el premio a mejor disfraz iba a ser mío—contó orgulloso y sonriente mostrando una medalla de ComicCom a mejor cosplay

—nadie se dio cuenta que eras...ummm

—¿trapito? —completo la oración riendo al instante por eso—si vieras la cantidad de ilusos que me pedían mi numero para salir.

El rubio aún se encontraba prendado por aquel chico. Sus ojos recorrieron las pantorrillas y muslos descubiertos, seguido para detenerse en aquel respingón trasero tapado apenas por la tela de la falda.

La rubia a su lado bufo incomoda con la presencia de esos dos, para luego levantarse y alejarse de ambos jóvenes, pero gracias a esto, los jóvenes pudieron ocupar el espacio que dejo y fue cuando el castañito se pudo sentar junto a ese rubio quien, ante la sorpresa, había volteado la mirada como si no lo hubiera visto cuando en el fondo estaba casi hiperventilando por estar cerca a ese chico tan bonito.

—a que parezco una chica ¿eh? — le había preguntado confianzudamente al rubio para llamar su atención mientras cruzaba las piernas de manera sexy haciéndolo sonrojar

—Tony, ya déjalo en paz—trato de frenar el de lentes conociendo lo coqueto que podía ser su amigo— disculpe, no queremos incomodar—se disculpó con el joven quien aún se encontraba sin palabras.

El morenito se dedicó a sonreírle con aquellos grandes ojos chocolate causando nerviosismo ante el mayor quien jamás en su vida se había sentido de esa manera frente a un coqueteo y más si venia de un muchachito que claramente era homosexual, aunque debía reconocer que era muy sexy y bonito y que muchos que se consideraban hetero, fácilmente podían caer ante tal belleza de niño.

Cuando llegaron a la parada que les correspondía, ambos jóvenes se levantaron para bajar, pero en un movimiento rápido, aquel morenito había fingido tropezarse para caer sentado en las piernas del ojiazul quien por inercia lo tomo de la cintura para ayudarlo a estabilizarse.

—gracias cariño—susurro el castaño cerca de la oreja del rubio para recorrer con su mano el pecho del mayor.

Cuando ambos chicos se bajaron, Steve había quedado aún más impactado por todo lo sucedido.

El jamás había tenido ese tipo de pensamientos, pero dentro suyo, tenía que reconocer que a ese chico si le daría toda la noche, fue el ser más sexy y bonito que jamás había visto, aun podía sentir su peso encima suyo y hasta casi podía imaginar el cómo sería tenerlo a horcadas mientras se movía intensamente y lo penetr...ok, tuvo que agitar la cabeza para liberarse de aquellos pensamientos impuros que lo estaban empezando a poner duro.

Cuando se calmó, pudo sentir algo en el bolsillo de su camisa, saco con cuidado el objeto, encontrándose con una tarjeta donde estaba escrito un número telefónico con un mensaje: tú sabes quién soy. Llámame.

Steve trago saliva, su heterosexualidad se había ido a la basura.

EXTRA

El morenito rebotaba una y otra vez sobre aquel rubio.

Ambos traspiraban por lo caliente de la situación, el mayor tomo las nalgas de mas bajito, para estrujarlas mientras aumentaba la velocidad de sus arremetidas, Tony lloriqueaba absorto por todas esas sensaciones.

La faldita que usaba, se había subido hasta su vientre, dejando a la vista ese trasero que enloquecía al ojiazul.

Steve aun estaba vestido con aquel traje de capitán américa que le había ordenado ponerse el castaño. Ambos habían vuelto de otra comic.con donde fueron disfrazados. Llevaban saliendo ya dos meses.

Luego de ese día, donde se conocieron en el tren, el rubio definitivamente se había contactado con ese picaro jovencito, quien le había dejado su numero.

Solo bastó una salida para que Steve mandara completamente al carajo su heterosexualidad, ya que se había enamorado perdidamente de ese niño bonito, al que por cierto, le gustaba disfrazarse para competir en concursos cosplay.

Al inicio fue chocante cuando se ponía celoso de los reveladores trajes que usaba su nuevo noviesito y de todas las miradas que se ganaba por esto, y fue cuando Tony le sugirió que lo acompañara a sus eventos, donde lo vestía de personajes de anime y comics también.

Esa fecha en especial Tony se había mordido los labios cuando vio a su novio vestido de ese superheroe, y es que le caía como anillo al dedo.

Bastó que llegaran a casa para que no dudara en saltarle encima al rubio y montarlo con sensualidad.

Steve no se negó ya que el sexo con el morenito era espectacular, jamas en su vida se imagino que el sexo gay fuera tan delicioso.

Apresuró los embates cuando sintió que estaba por venirse, abrazo la cintura del castaño para moverse con mayor rapidez mientras que Tony gemía en su oído, dando a entender que también estaba apunto de correrse.

Lo ponía a mil tener a su chiquito gritando de gozo para él mientras rebotaba encima suyo.

Apretó los dientes mientras iba mas profundo y pego su frente en el pecho del menor cuando el orgasmo le llego de lleno. Sintió como Tony hecho el cuello para atrás confirmandole que se habían corrido juntos.

Las respiraciones de ambos empezaron a restablecerse mientras se miraban sonrientes y se daban castos besos.

-Eres todo un insaciable mi lindo chico heterosexual- dijo con una risita, amaba molestar a su novio con eso ya que sabia que el rubio lo fue hasta conocerlo a él.

-ya amor, no sigas con eso- regaño con cariño acariciando ese lindo trasero que aun tenia su pene enterrado en el.

Al final Tony inflaba su pecho de orgullo al saber que fue él, quien pudo contra aquella heterosexualidad del mayor.

COMO EN UN CUENTO DE HADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora