Muchos aun recordamos cuando en 2006 Plutón dejó de ser un planeta, según la Unión Astronómica Internacional, la cual elaboró una lista de requisitos para que un objeto pueda ser considerado un planeta como tal y decidió que Plutón no entraba dentro de estos parámetros.
Para muchos esta situación puede ser excepcional y única en el tiempo, sin embargo, esto no es así, y no estaríamos ante el único caso de modificaciones respecto al número de planetas del Sistema Solar.
Si nos atenemos al mundo antiguo, cuando el modelo geocéntrico(es decir, la Tierra es el centro del Universo) era el aceptado, eran considerados planetas: La Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Como vemos, la Luna no era considerada un satélite terrestre, sino el planeta más cercano a nosotros. En total, tendríamos 7 planetas (incluyendo la tierra), y así se mantendría al menos hasta el siglo XVI y XVII.
En esta época es cuando se produjo la primera modificación en el Sistema Solar en milenios. Al triunfar la teoría heliocéntrica (el Sol es el centro del Universo) impulsada por Copérnico, la Luna pasó a convertirse en Satélite de la Tierra reduciendo la lista de planetas a 6.
Durante el siglo XVIII es cuando se comienza a realizar observaciones del cielo de un modo muy intensivo, gracias en parte a la modernización del telescopio con el modelo de Newton que permitió crear equipos mucho más potentes que los que dispusieron astrónomos como Galileo o Huygens. A nivel planetario dio resultados a partir de 1781, cuando un astrónomo amateur llamado William Herschel descubrió el planeta Urano. Por primera vez desde que el ser humano estudia el cielo, se descubrió un nuevo planeta que fue inmediatamente añadido a la lista. Terminamos el siglo XVIII con 7 planetas.
El caso más curioso respecto al estudio y descubrimiento de los planetas lo encontramos en el siglo XIX. En tan solo 7 años, 4 objetos nuevos fueron descubiertos y añadidos a la lista de planetas del Sistema Solar: Ceres (1801) Palas (1802) Juno (1804) y Vesta (1807). En 1848, Le Verrier y Galle descubrieron Neptuno, el último en este siglo a adherirse a esta lista. Con este añadido el Sistema Solar se ubicó con una cifra de 12 planetas, sin embargo, todavía iba a aumentar.
Para el año 1850, ya había nacido el término asteroide, y ya parecía que algunos de los objetos designados planetas podían pasar a esta fase, aunque si vemos el manual de H.N Robinson, el cual fue publicado en varias ocasiones realizando actualizaciones, podemos ver en su versión de 1860 que se habían incluido 4 planetas más: Iris, Hebe, Flora y Astraea. Con estos 4 nuevos, el Sistema Solar alcanzó su récord histórico con 16 planetas.
Sin embargo, esta situación no duró mucho. En algún momento entre los años 1860 y 1868, fecha en la que vemos una nueva actualización del manual de H.N Robinson, la cifra de planetas se recortó estrepitosamente, llegando a la actual de 8 planetas. Sonará familiar esta situación, pues en el manual anteriormente citado y que estará adjunto en la bibliografía, tenemos una nueva categoría conocida como Minor Planet, es decir, la misma denominación que se les da a los que conocemos en España en la actualidad como Planeta enano. En este recorte hecho en torno al año 1860, provocó que pasaran a la categoría de planeta menor o asteroide a los siguientes: Ceres, Palas. Juno, Vesta, Iris, Hebe, Flora y Astraea.
En la actualidad a excepción de Ceres, son considerados como asteroides. Dato curioso es que Ceres en la actualidad es considerado un Planeta enano desde 2006, curiosamente recuperando el mismo estatus que se le dio en el siglo XIX.
La lista de planetas no se volvería a modificar hasta el descubrimiento de Plutón en 1930.
Como podemos ver, los sucesos de 2006 en torno a la concepción de planeta no es un hecho aislado en la historia de la astronomía, sino que en el pasado los astrónomos ya tuvieron que afrontar en diversas ocasiones estos dilemas, y seguramente, la de 2006 no sea la última vez que los astrónomos vuelvan a preguntarse ¿Qué es un planeta?
Artículo escrito por Álvaro Comes Cervera. Graduado en Historia por la Universidad de Valencia.
Bibliografía
HERSCHEL. W.: Tratado de astronomía; escrito en inglés por J. F. W. Herschel; traducido por Saturnino Montojo, Librerías París-Valencia, Valencia, 2002.
ROBINSON. N.H.: An elementary Class Book on Astronomy in which Mathematical demonstrations are omited, Ivison, Phinney, New York, 1850.
ROBINSON. N.H.: An elementary Class Book on Astronomy in which Mathematical demonstrations are omited, Ivison, Phinney, New York, 1855.
ROBINSON.N.H.: An elementary Class Book on Astronomy in which Mathematicaldemonstrations are omited, Ivison, Phinney, New York, 1860.
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Una luz en el vacío cósmico
Non-FictionObra dedicada al mundo de la astronomía, la cual será explicada mediante breves capítulos o capsulitas de la forma mas breve y entendible. ¡Bienvenidos al infinito!