II

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∙𝓝𝓪𝓻𝓻𝓪 𝓐𝓶𝓫𝓪𝓻.

Sentía los nervios a flor de piel, estaba a 10 minutos de mi primer sesión con el "paciente dificil."

Mis uñas chocaban contra la mesa o mejor dicho, mis dedos ya que no tenia las uñas muy largas, me era tan dificil mantenerlas largas. Realmente creo que tengo poco calcio o falta de vitaminas.

Un golpe duro en la puerta hizo que saliera de mis pensamientos.

—P-pase.— tartamudee.

—Dra Monroe el pasiente C107 esta acá.— enarque una ceja. ¿Llamaban a los pacientes por numero?.

—Gracias.— le sonreí amablemente.— que pase.— temblé un poco, estaba ansiosa por verlo.

Me lo imaginaba como un hombre de algunos 30-40 años o quizás mas. Pelo tirando a gris, quizas un poco subido de peso o extremadamente a falta de este mismo.

Pero cuando el paciente entro por la puerta mi boca callo en sorpresa. Por lo poco que se podia ver pude notar que tenia tatuajes, unos ojos hermoso que no trasmitían nada, solo estaban totalmente oscuros.
Su pelo color verde fue lo que me llamo la atención, ¿era permitido eso aquí adentro?. Seguí analizándolo. Labios carnosos, ligeramente rojos y una mirada, esa mirada que seguramente no me dejaría dormir en paz. Todo el era imponente y mas a un cuando lo vi mirándome. Su cabeza estaba en alto, mostrándose y sintiéndose imponente y es que realmente lo era, y el estaba muy consiente de eso.

El guardia lo sentó enfrete de mi y pude al fin soltar el aire que traía acumulando.

—En 40 minutos vengo a retirar al paciente C107.— asenti todavia aturdida por la presencia de aquel hombre en mi oficina.— cualquier cosa estamos afuera, Dra Monroe.— asentí en agradecimiento.

Desvíe mi vista del guardia cuando lo vi salir de la habitación y casi corri a pedirle que no se fuera, que tenia un miedo inmenso, pero no lo hice, al fin y al cabo este era mi trabajo y habia luchado muchos años por obtenerlo.

Lo volví a mirar y casi solté un jadeo cuando vi que tenia su mirada en mi, estaba totalmente serio.

—B-bueno.— solté un suspiro.— soy la Dra Monroe.— me presente sin mirarlo a los ojos. Simplemente no podia.— voy a estar contigo dos veces al día, todos los días de la semana.— lo mire a los ojos esta vez y sentí mis piernas temblar abajo del pequeño traje que traía hoy.—¿como te llamas?.— trate de sonreírle pero mas bien le ofrecí una mueca.

El permaneció callado, mirándome o mas bien analizándome.

Al ver que el no quería colaborar, busque su carpeta con todos sus datos y me lleve una gran sorpresa. Estaba vacía.

—Mm.— dije mirando entre otras carpetas.—Okey.— murmure.—¿me podrías decir tu nombre?.— alzo una ceja en forma de diversión.

Paciente C107.— dijo y solto una risa macabra. Tuve mucho miedo en aquel momento. Nunca había escuchado una risa tan horrorosa, la maldad rebosaba en aquella risa.

Quise llorar y pedir que me cambiaran de paciente pero solo me trague todo aquello y lo mire.

—Por favor.— solté el aire.— solo quiero saber mas sobre usted.—

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⏰ Last updated: Apr 02 ⏰

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Malicious •C.R.O•Where stories live. Discover now