Capítulo 16

3.3K 332 67
                                    

Us - James Bay

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Us - James Bay

Vas a terminar decepcionado si piensas que harán por ti lo mismo que tú haces por ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vas a terminar decepcionado si piensas que harán por ti lo mismo que tú haces por ellos. Porque no todos tienen el mismo corazón que tú. —Anónimo

Tenía tanto tiempo de no venir a la casa de sus padres; lugar donde pasó prácticamente los primeros veinte y tanto años de su vida, para después irse a vivir con Matías y desperdiciar casi cuatro años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tenía tanto tiempo de no venir a la casa de sus padres; lugar donde pasó prácticamente los primeros veinte y tanto años de su vida, para después irse a vivir con Matías y desperdiciar casi cuatro años. Cuatro años.

Ahora y con casi veintiocho años; Margarita sentía que el tiempo, mientras caminaba hasta la puerta principal, había retrocedido pues percibía los mismos sentimientos de desdén y añoranza de cuando tenía veintiún años. Sin embargo, todas las experiencias y golpes de la vida le eran como un vivo recordatorio de que por fortuna ya no estaba bajo el yugo de los que se decían llamar sus padres.

Avanzó el trecho que le quedaba y se instó a que, pasara lo que pasara, y le dijeran lo que le dijera, ella no debía permitir que su voluntad sucumbiera. «Ahora tienes en las manos las riendas de tu vida, no dejes que te las vuelvan a arrebatar», se exigía a sí misma. Ya que Margarita sabía que de lo contrario, los señores Castle estarían dispuestos en hacer de su hija lo que desearan. Le dolía reconocerlo, pero ya no volvería a tapar el sol con un dedo ni a ignorar las equivocaciones de su familia.

Estando ya adentró, imprimió toda la valentía que poseía y se decantó en estudiar su entorno. Notó que, a excepción de unos cuadros nuevos, todo seguía exactamente igual: frívolo, fastidiosamente elegante y pulcro, repleto de recovecos vacíos y fríos. Entretanto, uno de los sirvientes de la casa avisó a los señores Castle que su hija ya había llegado. La señora, miró la hora y con desagradó notó los quince minutos de retraso de de Maggie, sin embargo, decidió que se lo dejaría pasar, pues de todas formas había algo mucho más importante de lo que tenían que conversar.

Reveses de la vida© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora