Los días que le siguieron a ese fueron mucho más tranquilos por así decirlo, cada quien seguía su camino y no volvimos a relacionarnos entre si a menos que fuera estrictamente necesario, dicho esto la única interacción que todavía compartíamos era tomar el mismo tren, paradójicamente nunca compartíamos vagón, y por lo general ocupabamos el mismo lugar cada mañana, la ventana del final de mi vagón y la ventana del principio del suyo; empecé a tomarle más confianza a ir en dicho transporte así que ya sabía como escabullirme entre la multitud para ocupar mi lugar predilecto, para así, sólo por diversión, fastidiar a Jotaro con mis gestos de desaprobación, acto al que el muchacho no podía defenderse y si bien podía moverse de lugar el orgullo podía más que él, obligándole a tolerar de mala gana mi extravagante forma de pasar el rato.
Sin embargo y para mi sorpresa mi stand empezó a manifestarse con más frecuencia en este lapso de tiempo, solía curiosear los rostros de las personas que me rodeaban, o en su defecto salir por las ventanas y posarse fuera del vagón para sentir el viento y el frío metal.
En ocasiones solía cruzar de una ventana a otra para visitar al muchacho gruñón, a lo que no recibía una buena reacción precisamente, aunque no podía pedirle demasiado, el tipo era bastante agresivo e incapaz de entablar una conversación o contacto decente con otro ser humano.
Hierophant green siempre ha sido de semblante tímido, por ende sus actitudes aventureras y curiosas me tomaron por sorpresa, ya que a pesar de la actitud repelente de su interlocutor, este siempre volvía a hacer lo mismo de todas las mañanas, cruzar de un vagón a otro para tratar de encontrar al stand del muchacho, sin éxito alguno.
Fue entonces que comprendí algunas cosas más sobre su comportamiento, si bien los stands son la manifestación física del alma, eso no quiere decir que no tenga mente propia, lo cual propicia una conclusión aún más obvia, él tenía conciencia y con ella empezó a desentrañar la feroz travesía del cariño, un cariño que nació tras la esperanza que generó encontrar otro ente como él, una sensación que ambos compartíamos pero que se había manifestado de formas diferentes, yo quería hacer de ese tipo desabrido y brusco, mi amigo, mientras que hierophant buscaba desesperadamente alguien a quien querer, tan distintos y tan similares a la vez.
En ese momento no podía encontrar una solución a nuestra situación, no obstante soy de ese tipo de persona que desea solucionar la mayor cantidad de cosas que estén a mi alcance, así que no planeaba quedarme de brazos cruzados ante la creciente tristeza que me transmitía mi stand, días y noches pasaron sin que pudiera concretar un plan, hasta que un día mientras veía la programación nocturna de la televisión encontré el indicio que empezaría con un plan descabellado pero posible; lo que transmitía la televisión ese día era una novela romántica ambientada en la edad media, una pareja que no podía exofrdae su amor frente al mundo, había ideado una forma sutil de comunicar lo que sentían, cada día la pareja dejaba una carta en un escondite específico, por obvias razones no lo hacían al mismo tiempo, ella lo había en las mañanas y él en las noches, un sistema sencillo pero eficaz, entonces la gran pregunta fue ¿cómo lograría emular ese modus operandi?.
Luego de una noche en vela y muchos planes desechados en bolas de papel, al fin di con la solución, yo escribiría las primeras cartas de hierophant hasta que el aprendiera a hacerlo adecuadamente y cada mañana el las dejaría dentro de la maleta de Jotaro con la mayor discreción posible, así de uno u otro modo, su stand sabría lo que el mío quería transmitirle.
-Muy bien sandío, antes que nada necesito saber que es lo que quieres decirles- luego de un momento de duda me explicó que quería preguntarle como estaba y si se sentía bien con su usuario, si no se sentía sólo al no poder salir y conocer el mundo y que si algún día podrían volver a verse; luego de organizar las ideas saque una hoja de papel de mi escritorio y empecé a indicarle que partes comprendía una carta, la fecha, el destinatario, el saludo y el mensaje como tal, seguramente no aprenderá a la primera así que seguiré escribiendo por el hasta que encuentre la forma de empezar por si mismo, una vez terminado lo guardamos en un sobre y con toda la emoción que pude contener en mi corazón, guarde la carta en el bolsillo de la chaqueta de mi uniforme para que fuese fácil de sacar en la mañana, yo sabía lo importante que era esto para él, le di un abrazo y nos despedimos para dormir, mañana sería un gran día.
Continuará...

ESTÁS LEYENDO
Cartas de amor en anonimato.
FanfictionDos jóvenes de 17 años se encuentran frecuentemente en la misma linea de transporte cuando van a la escuela, dando inicio a una extraña forma de comunicación no verbal comienzan a adentrarse en un juego mutuo, juntos descubrirán la vida del otro en...