Primer Capítulo

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—¿Virginia Potts, me harías el honor de casarte conmigo?— negué soltando un bufido —¿Quieres ser mi esposa, Pepps?

Simple pero mejor.

Estúpido Capipaleta, si él no me hubiera dicho esas tonterías sobre el matrimonio, no estaría así.

-Flashback-

Tomé aire y dije rápidamente:

—Le pediré a Pepper que se casé conmigo.

Todos los chicos me miraron confundidos, el primero en decir algo fue Legolas.

—¿Espera qué acabas de decir? Es que tú ego no me dejó escuchar—dijo con una sonrisa burlona en su rostro.

Respiré profundo y conté todas las razones de no asesinarlo ahí mismo.

—Dije, le pediré a Pepper que sea mi esposa—Decir que tengo nervios, sería muy poco; estoy hirviendo en nervios y miedo.

Se oyeron gritos y silbidos por parte de ellos. Se nota a kilómetros que están igual o más emocionados que yo.

—Ya era hora. Después de mil años el gran Anthony Stark por fin se casará—Dijo la mala copia de Robin Hood sonriendo. Cínico.

—Estoy feliz por ti, Tony. Espero que vivas feliz con Pepper y lo más importante espero que ella acepte casarse contigo. Pero de cualquier forma, seguiré estando feliz por ti, viendo cómo estás felizmente casado y yo atrapado en el siglo veintiuno sin poder ver a la persona que amo—dijo como si estuviera en otro planeta. El capipaleta siempre tan extraño.

Está bien, eso fue muy raro, sin mencionar que estresante. Él tiene razón, puede ser que Pepper no quiera casarse conmigo. Mis manos comenzaron a sudar de nuevo.

Esta propuesta va a ser algo interesante.

-Fin Flashback-

Desde ese momento he estado actuando un poco alterado y nervioso. Pensamientos no muy positivos daban vueltas en mi cabeza.

¿Qué dirá Pepper? ¿Dirá sí? ¿Dirá no? ¿Saldrá corriendo y no querrá saber nada sobre mi?

Intenté quitar esos pensamientos pero era como si tuvieran vida propia, aparte la respuesta de Pepper, mi Pepper era más que importante.

Vi la hora en mi reloj de muñeca y salí corriendo de la oficina, era casi la hora e iba probablemente tarde. Subí al auto y emprendí mi camino por la carretera rápidamente.

Veinte minutos más tarde ahí estaba yo; todo culpa del tráfico y no quería sacar mi armadura porque sé que ella se enojaría si lo hago para mí uso personal. Tan solo pensar en ella me sacaba una sonrisa estúpida. Soy tan afortunado de tenerla, no sé que hice para merecerla.

Bajé del auto y entré al restaurante, hablé con el chico de la recepción y me señalaron la mesa en donde estaba sentada Pepper jugueteando con un tenedor y mirando su teléfono. Le agradecí al chico y corrí hasta la mesa y solo bastaba que me diera una de sus miradas para que yo me derritiera y me sintiera el hombre más afortunado de toda la estúpida galaxia.

Me miró fulminante señalando la hora y no me dejó besarla, así que subí mis manos y me senté al frente de ella en signo de rendición.

La Propuesta - Tony Stark x Pepper Potts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora