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Exterminio.

El silencio reinaba dentro de aquellas cuatro paredes, las cuales eran decoradas con una inmensa cantidad de objetos. El diván de la recepción era ocupado por el actor, quien sin tener nada que hacer, se dedicaba a suspirar aburrido en busca de algún entretenimiento, aquella era una demasiado tranquila mañana. Escuchadas fueron sus plegarias al ver a la de amargada actitud cruzar la puerta del pasillo.

— ¿Hay algún plan interesante para hoy?— preguntó mientras se incorporaba en aquel asiento para adaptar una posición más cómoda.

— Charlie me dio una lista de compras para el hotel.—

— Ugh, dije interesante, no fiasco.—

— Dust, para ti todo lo que no tenga que ver con sexo, drogas y alcohol es un fiasco.—

— Habló la defensora de los ceños fundidos y actitudes de amargada.— Vaggie lanzó una mirada asesina al peli-blanco, quien reía eufóricamente ante su propio chiste.

Las grandes bocanadas del chico atrajeron a una fuerza mayor que de igual forma se encontraba algo aburrida.

Unos pasos lentos resonaron al fondo del pasillo hasta llegar a la recepción, donde las tremendas risas del drag seguían haciendo eco por todo el lugar.

—¿Son risas lo que escucho? ¡Grata sorpresa! ¿Qué es tan gracioso para ocasionar tales gritos?— el pelirrojo hizo acto de presencia, curioso del sonido y con ganas de reír del chiste de igual forma.

—Oh, nada, fresita. Simplemente es que alguien no puede aguantar que le digan todas las verdades a la cara.— miró a la polilla de forma burlona.

— ¿A caso estás hablando de ti?— ahora fue el turno de la mujer el soltar grandes carcajadas, mientras el contrario fruncía el ceño.

— ¿Quién es el amargado ahora?— contraatacó mientras seguía con su risa.

Habían cambiado los papeles, y eso no le gustaba para nada al actor.

—Si, si, como sea. Vamos a hacer ya esas malditas compras.— cruzó dos de sus cuatro brazos visibles e inició su caminar hacia la puerta principal. La contraria comenzó a seguirlo segundos después debido a su diversión.

—¿Y a dónde van con tanta prisa? Si es que se puede saber.— se detuvo y giró su rostro hacia el locutor.

—Vamos por recados que Charlie pidió.— contestó la tuerta.

—Entonces iré también.— finalizó, uniéndose sin invitación e importándole poco si tenía aprobación o no.

[...]

Los tres demonios caminaban por las calles, donde muchas miradas curiosas se posaban en su caminar, debido a la tan extraña mezcla de jerarquías en aquel grupo.

El día estaba tranquilo, demasiado para ellos mismos. Los cielos seguían igual de rojizos, el caos seguía reinando por doquier y todo parecía igual de caótico como de costumbre, entonces, ¿qué debía de haber mal?

Varios pasos acelerados comenzaron a escucharse a la distancia, haciendo parar en seco al trio demoníaco.

Del final de la calle, un gran grupo de demonios corrían de forma histérica hacia distintas direcciones. Esto confundió un poco a la polilla y a la araña. Sin embargo, el venado sospechó. Sabía que algo se avecinaba.

— ¡Ya vienen! — gritó una voz entre la multitud, siendo casi inaudible debido al estruendo de los pies corriendo.

El actor frunció el ceño en confusión al no entender qué estaba sucediendo. La salvadoreña miró varias direcciones buscando si es que había algún demonio poderoso infligiendo el mal por ahí.

Momentos || RadioDust ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora