𝙔𝙪𝙖𝙣𝙛𝙚𝙣 - 𝙃𝙮𝙪𝙣𝙢𝙞𝙣

18

Felix estaba batallando con JiSung cuando JeongIn despertó al recibir un golpe en una de sus piernas.

—¡JeongIn! —lloriqueó JiSung tratando de impedir que Felix lo sostuviera de los brazos—. ¡A... ayuda...!

—¿Qué ocurre? —preguntó confundido, su voz ronca por el sueño.

Felix gritó al recibir una mordida en su mano, el omega gruñendo entre quejidos.

—No quiere tomarse el anticonceptivo de emergencia —explicó Felix—. Su omega quiere un bebé, pero yo sé que JiSung no está hablando en serio, y tengo que obligarlo cada maldito celo a tomarse la pastilla para que no quede preñado.

—¡Bebé! —exigió JiSung tratando de girarse y escapar del agarre del alfa—. ¡Quiero bebés!

—¡No, no los quieres! —bufó Felix—. ¡Vamos, JeongIn, ayúdame! ¡Sostenlo de los brazos!

—¡No! ¡No! —sollozó JiSung al ser agarrado por el alfa menor—. ¡Malos! ¡Malos!

Felix agarró su mandíbula, obligándolo a separar sus labios, y puso una pastilla en su lengua, tapándole la boca para impedir que la escupiera. JiSung terminó tragando la pastilla entre llantos, y JeongIn se sintió mal al escucharlo llorar de forma desquiciada.

—Quiero mis... mis bebés... —hipó el omega tocándose el estómago.

—Ya, JiSung... —comenzó a decir JeongIn queriendo calmarlo—, más adelante... ¡AH!

El omega lo mordió repentinamente en el hombro, enfurecido.

Felix tiró del chico, empujando una almohada en su boca para que no mordiera a nadie más, y JiSung abrazó el cojín, sollozando sin control alguno.

—No le creas —dijo Felix al ver la expresión de JeongIn—, está fingiendo porque espera que le demos bebés con su llanto.

Las lágrimas de JiSung se detuvieron.

Felix sonrió con burla.

—¡Los... los mataré...!

—Sunggie, no seas malo —regañó JeongIn antes de recibir un golpe de la almohada—. Vamos, ¿te calmarás si follamos entre nosotros?

No sabía de dónde sacó la valentía para decir eso.

JiSung los miró con sorpresa, sus mejillas coloradas y ojos brillando, y asintió con ferocidad.

Felix observó a JeongIn. JeongIn observó a Felix.

El menor levantó sus manos.

—Sólo bromeaba...

—¡No, no! —gritó JiSung enderezándose—. ¡Follen! ¡Follen!

—¡Creaste un monstruo! —acusó Felix.

—¡Yo sólo quería...!

—¡Follen! —JiSung rompió a llorar (otra vez)—. ¡Malos! ¡Malos... alfas! ¡Malos! ¡No me... no me aman...!

JeongIn rascó su nuca.

—Bueno, Felix, si puedes ponerte en cuatro... —comenzó a decir JeongIn antes de que Felix se atragantara con su saliva.

—No me jodas, JeongIn —balbuceó Felix—. El delta en este celo eres tú. En cuatro, ahora. Creo que hay lubricante en un cajón...

JeongIn iba a comenzar a llorar porque no creía que estuvieran hablando de eso, pero una mirada hacia JiSung, que estaba balbuceando cosas entre lágrimas, le hizo desistir de su plan de lanzarse por la ventana.