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Como se esperaba, las calles estaban llenas de decoraciones navideñas, cada establecimiento brillaba desde el interior y las luces se reflejaban en las vitrinas, inclusive algunos autos tenían calcomanías temporales. Jae Beom observaba todo con gran indiferencia mientras que JinYoung miraba hacia todas partes como si esa fuera la primera vez que veía luces navideñas o señores disfrazados de Santa Claus.

¿Por qué tanta fascinación por la Navidad? Ciertamente Jae Beom no puede entender los motivos de las personas que esperan con anhelo la llegada de ese día. Desde su punto de vista, la Navidad no era nada más que marketing, los precios de las cosas que se suelen consumir en esa fecha salían disparados hacia el cielo y aún así la gente compra sin detenerse.

A unos cuántos días de que las fiestas dieran inicio, las calles estaban a reventar y el tráfico era de otro mundo, esa era otra cosa que le desagrada de la Navidad, muchas personas llendo de aquí para allá con sus regalos y adornos repetitivos.
Si no fuera porque se habían quedado sin comida y porque necesitaba algo de movimiento para dejar atrás el molesto adormecimiento de sus músculos, ahora estaría en su cama viendo una película junto a sus gatos.

El sol estaba a punto de ocultarse y las aceras iban acumulando una nueva capa de nieve, el gorrito le protegía las orejas pero su nariz comenzaba sentir los efectos del frío, sólo esperaba no enfermarse por haber olvidado una bufanda, un resfriado era lo que menos quería en esos momentos.

—Vaya, ¿cómo soportas el frío?— preguntó JinYoung, como la mayoría de las veces, asombrado por descubrir aspectos sobre él. Incluso con algo insignificante, JinYoung pensaría que era genial. Si tan sólo supiera que por dentro se estaba congelando y que sus dientes amenazaban con castañetear, todo por ser olvidadizo. 

—No tengo idea.— y era cierto. No tenía ni idea de cómo podía permanecer con una expresión inmutable ante el congelamiento que sentía, en especial en su nariz. 

Detuvieron su caminar cuando el semáforo cambió a rojo. JinYoung no dejaba de moverse de un lado a otro, si trataba de ocultar cuán emocionado estaba, entonces no era bueno en eso. Jae Beom se mordió los labios en un intento de ocultar su sonrisa, el menor era un chico bastante tierno.

—¿Por qué sonríes tanto?— preguntó.

—Oh, supongo que lo hago porque es la primera vez que salimos juntos. 

—Sólo haremos las compras, JinYoung. ¿Por eso estás contento?

—Así es, estoy contigo. Esa también es una buena razón.

Estar con él. Una buena razón.

La cabeza de Jae Beom se volvió una enredadera. ¿Por qué pasar tiempo con él era motivo para sentirse contento? No era lo suficientemente interesante como otros chicos de su edad, contrario a lo que todos pensaban sobre él. JinYoung era quien más sabía acerca de su personalidad, el único en realidad. Se mantenía callado la mayor parte del tiempo y sólo hablaba lo necesario, tenía un sentido del humor sarcástico que no agradaba a todos y que solamente JinYoung sabía manejar. Si tuviera que describirse, emplearía las palabras aburrido y plano, que no eran lo mismo que genial.

En el campus era el chico cool del equipo de fútbol— no el más popular— que se veía bien con todo, sacaba notas decentes sin esforzarse y miraba a todos sobre el hombro. También se ganó el apodo Rey de hielo porque nunca ha aceptado a alguien como pareja, tomaba las citas para decirles que él no estaba para las relaciones. Debido a eso surgieron rumores acerca de su comportamiento y sus gustos, que nada tenían que ver con la realidad, y la realidad era que nadie le atraía. No recordaba la última vez que sintió atracción por alguien, las únicas erecciones que ha tenido aparecieron cuando entró a la adolescencia pero una vez que salió de esa etapa, todo se mantuvo en modo off. Él no era tan divertido y no debería ser considerado cool. ¿Entonces por qué pasar tiempo con él sería un motivo de alegría?

Pequeño Grinch [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora