El día pasaba demasiado lento. Esperar nunca fue algo que le gustara porque le resulta desesperante, y Jae Beom se considera el hombre menos paciente del mundo. JinYoung dijo que no tardaría pero llevaba más de media hora aguardando por él.
Según JinYoung, irían a un lugar divertido, pero cuando preguntó por ese sitio él dijo es un lugar secreto. Sólo esperaba que ese lugar secreto no fuese el supermercado, porque de ser así su humor se volvería negro.
—Vamos, un lugar lindo nos espera.
JinYoung se paró frente a él y Jae Beom se río al verle con su abrigo grande y acolchado, llevaba una bufanda que le cubría hasta la nariz así que sólo podía ver sus ojos, el gorrito era la cereza del pastel. Parecía un pingüino.
—¿Vamos al polo sur?— el menor entre cerró los ojos.— Apresúrate, sabes que no soy bueno esperando.
—Lo sé, lo sé.— el chico caminó a la puerta y Lim lo siguió, deteniéndose abruptamente cuando se dio la vuelta y lo fulminó con la mirada.— ¿Por qué diantres no estás usando los guantes que compramos?
Sí, al final se dio por vencido y no retiró las prendas del carro de compras, JinYoung se había puesto casi eufórico cuando vio que iba a tomarlos. En fin, él no planeaba usarlos por nada del mundo aún si sus manos se enfriaban y sus articulaciones dolían cuando movía los dedos, tal vez les hubiese dado uso si tan sólo no tuvieran estampas de muñecos de jengibre, y con la forma que tenían él consideraba que parecían más unos guantes de cocina que unos normales.
El menor sólo dejó salir un suspiro y se perdió por el pasillo, seguramente en busca de los dichosos guantes, lo confirmó cuando regresó con él cargando también la única bufanda que le dijo que pondría.
—No necesito eso.
—Claro que sí, tonto. Hoy la temperatura descendió demasiado y a menos que quieras resfriarte, no saldrás de aquí sin llevar puesto ésto.
Sabía que hablaba en serio, JinYoung cumplía todo lo que decía. En ese momento Jae Beom pudo darse la vuelta y regresar a la cama pero aunque no lo admitiera en voz alta, tenía un poco de curiosidad por saber del lugar secreto que Park mencionó.
Los ligeros toques de JinYong ocasionaban que su respiración se detuviera, podía sentir pequeñas corrientes a pesar de que las manos contrarias ya estaban cubiertas por los guantes. Cuando le puso la bufanda, Jae Beom no despegó la mirada de los ojos del pelinegro ya que era lo único que podía ver de su rostro, sin embargo lo conocía bastante bien y podía jurar que bajo la bufanda se estaba mordiendo los labios, como cada vez que se concentraba en algo. Jae Beom no era alguien tímido, al contrario, era directo y actuaba sin rodeos por lo tanto no era propio de él que su rostro se calentara en el momento que Park levantó la mirada, fue un alivio que la prenda cubriera casi todo.
—¿Ya- ya podemos irnos?
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La mañana era linda, pero muy helada. ¿Cómo se le ocurría a su compañero salir con ese clima? Lo veía brincar cuando se detenían antes de cruzar las calles, en un intento de generar calor con el movimiento.
Los primeros quince minutos se mantuvo tiritando ligeramente pero tras el transcurso del tiempo su cuerpo se acostumbró y dejó de sentirse como si estuviera en un congelador. JinYoung había dicho que era mejor ir caminando en vez de tomar un taxi o autobús, supuestamente el sitio no estaba tan lejos y además aprovechaban para calentar los músculos. No se negó ante eso pero debió haber imaginado por qué era necesario calentar los músculos, el lugar secreto resultó ser una pista de hielo.
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Pequeño Grinch [BNIOR]
FanfictionNavidad, una de las mejores épocas del año desde el punto de vista de JinYoung. A pesar de que no puede regresar a casa para las vacaciones navideñas, no deja que eso mate la emoción que siente. Pero entonces, cuando está decidido a decorar su depar...