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Llegó noviembre, eso significaba que nuevamente nos acompañarían las tardes soleadas, piscinas, paseos al aire libre y hermosos días para estar afuera o eso se supone. Odiaba noviembre porque era el último mes de clases, estaba lleno de exámenes, trabajos, ensayos y quién sabe qué más pedían los profesores, pero lo peor de todos es que Jeonghan estaba demasiado ocupado, no podíamos pasar tanto tiempo juntos como de costumbre.

Imaginaba a Jeonghan en su cuarto sentado en su cama, rodeado de apuntes, notas y su laptop mientras que afuera era un día soleado completamente hermoso que lograba tentar a cualquiera a salir y darse un chapuzón en una piscina. Pero él no lo haría, sabía con exactitud que era muy aplicado a sus estudios, quería postularse para una beca a una de las mejores universidades del país, yo lo admiraba demasiado por ello.

Me había pasado toda la mañana preparando una dulce tarta de frutas, tenía planeado visitar a Jeonghan y pasar la tarde junto a él para que no se sintiera tan solo ¿y por qué no alimentarlo de paso? De seguro que no había comido solo por no soltar sus apuntes. En un termo había cargado café de su favorito para que se mantuviera caliente durante el viaje. Guardé los alimentos que había preparado y, sin dar más vueltas, me dirigí hacía su hogar que, por suerte mía, no quedaba tan lejos, solo un par de cuadras.

Llegando al hogar ajeno, noté el vehículo de su padre y chasqueé la lengua, el señor Yoon no le gustaba que su hijo recibiera visitas en semanas de exámenes. Me quedé mirando la estructura por unos minutos mientras debatía conmigo mismo qué hacer porque el visitar a su amigo no iba a dejar de salir de sus planes para este día y obviamente no iba a entrar por la puerta principal de su casa, así que se me ocurrió el entrar por su ventana tal como lo había visto en varias películas.

Como lo había planeado, me dirigí a la parte trasero de la casa para poder trepar con demasiado cuidado una rígida enredadera que dirigía al segundo piso. Aferré bien mi mochila y puse manos a la obra, me colgué de las ramas, me sostenía de otras y rogaba que ninguna se quebrara porque sino terminaría en el suelo. Con bastante esfuerzo, logré llegar a la superficie del techo del segundo piso y solo me quedó por dirigirme a la ventana de la habitación del afortunado chico estudioso.

Asomé mi rostro por el marco y logré divisiarlo, estaba tal como lo imaginaba: lleno de papeles por todos lados. Suspiré un poco antes de sonreír ampliamente y luego entrar sin más, Jeonghan no levantó ni un ojo ante mi presencia, era normal que yo llegara de imprevistos a su hogar y que aveces entrara por su ventana sumando que ya sabía que era yo porque era el único que entraba de esa forma.

-- Traje tarta de frutas y un poco de tu café favorito para que alimentes ese cerebro estudioso.-- Mencioné mientras me acercaba a la cama ajena, no esperaba respuesta alguna, sabía que no habría una.

Me senté en el suelo con mis piernas cruzadas, mi espalda se encontraba apoyada contra una pequeña mesita de luz y mi hombro contra la cama. Saqué los alimentos prometidos y lo repartí en dos partes, una gran sonrisa se había dibujado en mi rostro al ver cómo el contrario disfrutaba de lo que había preparado.

Estaba cansado, había hecho demasiado esfuerzo en un solo día y el haber cumplido con su deber solo lograba generar una cálida sensación en mi pecho. Reposé mi mentón sobre el colchón de la cama para poder admirar al chico sobre ella, la luz que entraba por la ventana hacía que su piel brillara más de lo normal, se veía como porcelana; su entrecejo algo fruncido mientras leía un texto de biología y un lápiz estaba atrapado entre sus finos labios. Algunos mechones de su cabello negro lograban tapar sus ojos, por lo que los tomaba entre sus dedos para luego colocarlo detrás de su oreja. La escena frente mío solo lograba darme paz, estar con él en un mismo cuarto en silencio y sabiendo que yo era un apoyo para él me dejaba completamente feliz.

Mi respiración cada vez era más calmada, mis movimientos eran nulos y mis párpados pesaban, había quedado cansado luego de una mañana bastante larga. No quería dormirme, pero el ambiente no ayudaba. Me di por rendido y me dejé llevar por Morfeo al mundo de los sueños, no podía evitarlo y mucho menos luego de haber sentido cómo es que una mano se deslizaba entre mi cabello y rascaba suavemente mi coronilla.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2019 ⏰

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¿Por qué no eres...? // MinHan - Minhyuk X JeonghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora