-2-

92 9 8
                                    

Esa salida al cine no era una más de las que siempre hacíamos, entonces ¿Por qué estaba tan nervioso al estar cerca tuyo? Mi corazón parecía que ya no latía, si no, que zumbaba.

Caminabamos juntos con los brazos entrelazados mientras recorriamos el centro comercial, hablabamos de cosas triviales como los altos precios de la ropa o sobre la comida del lugar. Tan sólo con eso me ponías nervioso, tener nuestro brazos entrelazados, nuestros cuerpos rozandose entre sí de vez en cuando y poder tener tu rostro cerca con tan solo girar mi cabeza unos centímetros.

Miraba disimuladamente tus ojos mientras tu observabas vidrieras; me gustaba como estos se abrían grande, quedando bien redonditos como un huevo, al ver los precios de las cosas y tu boca, en esta se formaba una pequeña y disimulada mueca al notar que era todo exageradamente costoso.

Amaba cada gesto de ti, valían oro, y yo me tomaba todo el tiempo posible para apreciarlos.

Estabamos cansados de caminar y elegimos ver una película, aprovechamos que aún estaba una película de terror del que todo el mundo hablaba. Pagué nuestras entradas y un gran tarro de pochoclos con gaseosas.

En medio de la función, recuerdo cada vez que apoyabas tu cabeza en mi hombro y te quedabas mirando mi rostro solo para evitar las partes que daban miedo, era un gesto tan tierno de ti; aveces tapabas tu rostro con tus manos o te escondias en mi. Amé cada acción que hiciste, estabamos juntos, la gente al rededor nos veia como una pareja a pesar de que así no era. Ambos lo sabíamos, pero no teníamos vergüenza de aquello.

Una vez terminada la función, fuimos a comer lo típico entre dos adolescentes. Le había dicho que esperara sentado, mientras yo compraba dos hamburguesas con papas fritas.

La mesa era una de aquellas que en vez de sillas, tenian sillones para sentarse más juntos y así era como estabamos.

-Minhyuk ... - Dijiste con una mirada de cachorro mientras veías mis papás fritas ¿Quién diría que ya te había terminado de comer las tuyas?

-Comelas, Hannie, son todas tuyas- sonreíste al escuchar tal permiso mientras te daba mi porción.

-Gracias, realmente eres una persona especial. Conseguir que alguien te dé de sus papas no es muy fácil hoy en día

No pude evitar sonreír y mirarte a los ojos ¿Qué había sido eso? No tenía idea, pero cada vez me sentía más cerca tuyo.

Ya eran las diez y media, hora de volver a casa.

Te acompañé hasta la puerta de tu casa. Ambos estabamos parados frente a frente, el cielo nocturno iluminaba con una gran manta de estrellas y una luna gigante, una noche perfecta. Estaba nervioso, ansioso, emocionado, contento y triste. Tantas emociones juntas. Fuiste el primero en pronunciar unas palabras con tu suave y dulce voz que sonaba como música para mi.

-Fue un hermoso día, gracias por invitarme.- Sonreíste y bajaste la mirada.

-Me gusta salir contigo, Jeonghan- Sonreí, sentía como mi sangre fluia más por mis mejillas porque estas ardían y esl significaba que me estaba sonrojando, pero no mentía, realmente me gustaba salir contigo sin importar lo que sea.

-A mi tambien... - suspiraste y me miraste a los ojos- Tu me invitas, me llevas, me distraes de todos mis problemas, me escuchas, me haces sonreír y disfrutar de tu compañía, me cuidas y luego acompañas a casa y eso me encanta, Min... -sonreiste inclinando tu cabeza hacia un lado mientras cerraba tus pequeños ojitos - ¿Por qué no eres...

Y lo dijiste, esas palabras, ya sabía lo que dirías, no era la primera vez que lo hacías, pero el dolor era el mismo. Sin importar lo que haga, nunca disminuía. Sentí cómo mi frágil corazón era estrujado con todas las fuerzas del mundo y luego quebrado en millones de pedazos. Mi cuerpo quedó inmóvil y lo único que pude hacer fue una risita nerviosa.

Sabía que pasaría, no sé porqué había pensado que esta vez iba a cambiar. Lo único que pude hacer fue despedirme con la mano y seguir con mi camino con poco ánimo. No quería ver a nadie después de eso, dolia mucho. Me sentía usado y tirado como si de un pañuelo se hablase. Pero no podía hacer nada, no podía enojarme ni reclamar, no tenías la culpa, no sabías nada.

Esa noche no pude dormir, en mi cabeza aún se repetía aquella corta, pero dolorosa frase con la voz que más amaba.

"¿Por qué no eres chica, Minhyuk?".

¿Por qué no eres...? // MinHan - Minhyuk X JeonghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora