No Quiero Que Vengas Parte 3

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Esa misma noche, Sergio tomó la decisión que era hora de arreglar esa situación, necesitaba que Raquel volviera a hablarle, a estar con él, ya no podía soportar otro momento sin ella. Esperó que todos se fueran a dormir y para su conveniencia, Raquel, luego de haber platicado con los demás, decidió ir a tomar aire al patio del lugar.

Sergio se asomó por la puerta y la vio, ahí parada observando el cielo que esa noche estaba muy estrellado y la luna estaba hermosa, igual que la mujer que tenía enfrente de él. Pensó en no interrumpirla porque él quería observarla toda la noche, se miraba bella, pero sabía que era necesario hablar y resolver las cosas de una vez para así poder volver a estar juntos. Se acercó a ella y la llamó por su nombre.

-Raquel, tenemos que hablar.

Raquel volvió  a verlo y se quedó un momento callada, con los ojos abiertos y recordando la pelea de hacer 4 días atrás. 

-No tenemos nada de qué hablar Sergio, has dicho lo suficiente –respondió ella volviendo a fijar su mirada en otra cosa que no fuera él.

-Cariño…por favor…necesito decirte algo, algo muy importante. Raquel sintió como sus piernas flaqueaban por aquella palabra, hacia 4 días, que para ella se habían sentido como mil años,  que no la escuchaba de parte de él y eso hacía que quisiera lanzarse a él y perdonarlo de inmediato, pero sabía que no era lo indicado, él tenía que pedirle perdón antes.

-Okay, quieres hablar, te escucho –dijo Raquel, aun sin volver a verlo y dándole la espalda. 

Sergio se acercó y la giró para que ella lo volviera a ver, la tomo del brazo y la acerco a él, Raquel no tuvo tiempo de reaccionar, cuando sintió, Sergio ya la tenía pegada a él y la tomaba por la cintura para acercarla aún más.

-Esto está mejor –dijo Sergio con una sonrisa en su rostro y con los ojos fijos en los de ella.

-suéltame Sergio –Raquel decía a la vez que trataba de zafarse de entre los brazos de él, no quería estar cerca de él, era una tentación muy grande y la herida aún estaba abierta.

Sergio la soltó de inmediato, no quería comenzar otra pelea, solo quería arreglar las cosas con ella y disfrutarla al máximo. Raquel volvió a darle la espalda y Sergio decidió hablar.

-Raquel, escúchame, sé que he cometido un error al decir lo que dije la vez pasada en nuestra discusión, sé que no debería de haberlo dicho y créeme que me he arrepentido desde el momento que la última palabra salió de mi boca –cariño, yo no quería lastimarte y te pido perdón, te pido perdón por mi reacción tan estúpida, no era mi intención dañarte y créeme que no volverá a pasar.

Raquel comenzaba a sentir como su corazón y su estómago se revolvían por las palabras de él, quería perdonarlo, claro que sí pero aún tenía en su mente las palabras que él le había dicho.

-Raquel…comenzó a decirle ya que vio que ella no pronunciaba palabra alguna. –Amor, mírame –Sergio se acercó y la volvió a girar, la tomo por la barbilla y levanto su cara, en ese momento supo que el dolor que le había causado era enorme, vio como Raquel soltaba un sollozo acompañado de lágrimas. Sergio sintió como su corazón se rompía en mil pedazos.

-Corazón, no…no llores por favor, me parte el alma verte así –dijo el mientras la tomaba en sus brazos y la acercaba a él en un abrazo –Lo siento, sé que estuvo mal lo que dije, tu jamás deberías de haber escuchado algo así, pero el miedo a perderte ha hecho que hable gilipolleses.

-Me dolió mucho, sabes? –respondió ella correspondiendo al abrazo.

-Lo se cariño

-Raquel –dijo el tomándole el rostro en sus manos –perdóname, no volveré a hacer algo así. Sabes estos días han sido los peores, no he dormido bien, no me he concentrado en el plan por completo y te he extrañado, tus besos, tus caricias, nuestras platicas, tus labios, tu cuerpo, tu olor…todo de ti.

Raquel no sabía que decir, ese hombre hacia que su mundo girara al revés, a pesar de lo que le había dicho, sabía que esas disculpas eran sinceras y lo que ella más quería era arreglar las cosas con él, porque ella también lo extrañaba muchísimo.

-Sergio…no lo vuelvas a hacer –dijo ella con una sonrisa en el rostro –porque otra vez que lo hagas, jamás volverás a saber de mí.

-No lo hare porque lo que menos quiero en esta vida es perderte Raquel.

En ese momento y debido al tiempo que llevaban sin besarse, Sergio sintió como una descarga eléctrica recorría su cuerpo y su mente se iba adueñando de la idea de tener a aquella mujer solo para él esa noche, de sentir sus labios, la tibieza de su piel; sin pensarlo, la tomo por la cintura y acercándola a él, le dio un beso, un beso que Raquel no dudo en corresponder.

Primero fue un beso tierno, labio con labio, se deseaban, no se habían besado en 4 días y necesitaban sentir esa cercanía. Luego de unos minutos así, se separaron por la falta de aire, se miraron y Sergio no soporto tenerla alejada de él y la beso de nuevo, pero esta vez un poco más salvaje, sus labios se unieron de nuevo, sus lenguas se juntaron y se saborearon a la vez que peleaban a ver quién era la más ágil. Fue un beso apasionado y feroz.

Ese beso llevo a las caricias, Sergio comenzó a levantar el suéter azul que Raquel llevaba esa noche y ella dio un salto al sentir las manos de el en su piel.

-Sergio…aquí…nos…pueden ver…dijo ella a la vez que se besaba con Sergio.

-Vamos a nuestra habitación, muero por estar contigo.

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Al llegar a la habitación, Sergio cerró la puerta tomando a Raquel de nuevo en sus brazos.

-Raquel…te deseo tanto –Sergio decía a la misma vez que comenzaba a quitarle la ropa y dejaba besos en su cuello. 

Sergio besó de nuevo a Raquel, con ansiedad, con intensidad, luego recorrió su espalda y se encontró con el broche del brasier, separaron sus labios y cruzaron una mirada retadora, Sergio lo desabrocho, al mismo tiempo que dejaba besos en su cuello , sus hombros. Deslizó los tirantes del brasier, que cayó al piso sin que nadie volviera a pensar en él.

Sergio besaba la espalda de Raquel, y fue bajando sin dejar de besarla, sin dejar de acariciarla. Llegó a la espalda baja ansioso por seguir, para luego volver a subir acariciando el trasero de ella con fuerza, y hacer el mismo recorrido que había previamente hecho…Raquel gemía de placer. Sergio, decidió girará para que quedaran frente a frente, soltó el primer botón de su camisa, continuo desabotonando, pero Raquel no podía esperar, sacó la camisa de su pantalón y comenzó a desabotonar en sentido contrario, de abajo hacia arriba. Sus manos se encontraron en el botón del centro. Se miraron con deseo.

-Quiero hacerte mía ya, Raquel –dijo Sergio con una mirada intensa llena de pasión y deseo por la mujer que tenía frente a él.

Raquel no sabía que decir, por un momento quedó en blanco sin embargo, Sergio hizo que volviera a la realidad rápidamente cuando sus labios comenzaron a aprisionar uno de sus pechos haciendo que Raquel se olvidara de todo en ese momento.

Sergio le dio la misma atención al otro pecho cambiando en un instante de uno a otro, continuaba besándolos, lamiéndolos y mordiéndolos y Raquel no podía más que aferrarse a él y gemir de placer.

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Espero les haya gustado este capitulo ❤️ siempre estoy leyendo sus comentarios para saber si la historia les gusta y que puedo mejorar. Disfrutenla

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