Madrugadas

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La madrugada me pone nostálgica. Mis amigos dicen que debería dejarle todos esos sentimientos a Dios y de alguna manera lo hago.

Justo ahora necesito algo más personal. ¿Anhelar un poquito de cariño está mal?

Recientemente perdí a mi personita de las madrugadas, creo que me acostumbré demasiado a esas charlas donde nos decíamos de todo y nada, donde me sentía acompañada. No le voy a culpar por irse, me culpo a mí, por extrañarle, por necesitarle y pensarle, por estar aquí otra madrugada sola, buscando entre mi lista de contactos del Whatsapp a alguien con quién hablar, que supla las necesidades de esta noctámbula perdida entre recuerdos.

No creo que vuelva, y ahí me enfrento a una cruel realidad que me cuesta aceptar, nada dura para siempre. ¿Cómo aprendo a acostumbrarme a eso?

La idea inicial de este libro no era desahogar mis sentimientos, luego vi el título y dije, aquí vamos, pondré mis pensamientos, no solo historias bonitas y adornadas, porque no todo el tiempo estoy de ánimo para eso.

Tengo una vida hermosa y hay niños muriendo de hambre en África, siendo consciente de eso... ¿Cómo puedo ser tan egoísta de preocuparme por lo que siento?

Si alguien tiene todavía este libro agregado a su biblioteca, le pido me intente dar respuestas. Esta noche, como muchas noches, solo soy un intento de escritora frustrada que no tiene ni idea de qué hacer. Perdonen el tono tan dramático, solo... Necesito desahogarme.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2019 ⏰

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