La solución

154 8 10
                                    

Empecé a seguirla, a ver los lugares que frecuentaba, todo con tal de hacerme a la idea de hablarle, y conseguir lo que necesitaba.

Comencé viendo que tomaba café, para mi sorpresa, en la misma cafetería a la que yo voy a diario, justo enfrente de el hotel donde me hospedaba, ella siempre se sentaba enfrente de mi, en una mesa con un solo lugar, siempre pedía un café con dos cucharadas de azúcar, y se pasaba casi treinta minutos tomando ese café mientras leía, no se alguna historia de algún libró tal vez, luego en las tardes iba al parque, a un par de cuadras de la cafetería, daba un par de vueltas al parque, se sentaba con sus audífonos, se ponía a escuchar musica, y después sacaba un libro y lo empezaba a leer, ya luego se iba a su casa, y así era la rutina de siempre.

Un día me fui a cenar a ese parque, compre dos hamburguesas y un refrescó grande, solo que me sentía raro, estaba muy estresado, no entendía como poder hablar con ella, tenia miedo, después de haber pasado tiempo observándola llegue a sentir algo de cariño por ella, saque mis cigarros y comencé a fumar, a tratar de pensar una solución a mi problema.

Mientras fumaba, así de la nada veo que alguien se me acerca, y me dice: "oye, me dices ¿que hora es?" a lo que empecé a levantar mi mirada, me sorprendió que era ella la persona que me hablaba, en ese momento sentí, como si mi mente se parará, como si todo se de tuviera, sentí un sudor frío recorrer mi cuerpo, estaba muy nervioso, y no sabia porque, solo podía pensar, en que, era mi oportunidad perfecta para empezar a hablar con ella, así que le respondí: "faltan diez", ella se empezó a reír, y me dijo: "¿diez?,¿ para que?" con un gran nudo en la garganta le respondí: "solo faltan diez minutos, diez minutos para saber que quiero continuar hablando contigo", cuando termine de decir eso, ella sonrió, sus mejillas se pusieron de un color rojizo, como si fuesen tomates, estando sonrojada y sin dejar de sonreír se sentó a mi lado, y me dijo: "eso fue muy lindo, me quedare un un poco de tiempo contigo", se puso los audífonos, buscó un casete para escuchar musica, lo metió en su walkman, mientras escuchaba su musica, no dejaba de voltear me a ver, me miraba y enseguida volteaba a otro lado, estuve con ella casi por 30 minutos, hasta que en un momento, me agarro del hombro, y me dijo: "¿como te llamas?", yo le respondí: "me llamo Angel gracias por preguntar, con todo lo que tardaste en hablarme, pensé que no me hablarías ya veo que me equivoque, un gusto, ¿tu como te llamas?", ella me dijo: "que lindo nombre, te llamas como eso que baja del cielo, yo me llamo Helena, el gusto es mio", después de hablar un rato me dio su numero de teléfono, me dijo varias cosas le gustaba hacer en su tiempo libre, le dije: "¿salimos mañana por un café?, ¿que te parece Helena?" con una sonrisa en su rostro me respondió: " claro que si Angel, te veo aquí, claro después que termine el trabajo que te dije", dio media vuelta, y con una forma muy coqueta se fue caminando.

Llegue a casa celebrando, estaba muy emocionado, pues ya tenia los cimientos para mi plan, solo necesitaba algo de tiempo para conseguir lo que que quería, solo hubo un problema al día siguiente, olvide ha que hora terminaría de trabajar, por lo que desde el medio día estuve esperando a que llegara, cuando ella llegó, yo llevaba horas esperando, solo me dijo: "que puntual eres, ¿llevas mucho esperando? vine lo mas rápido que pude" solo le respondí: "No te preocupes Helena, llevo poco esperando, te ves muy bonita, ¿nos vamos?" ese día fue perfecto, me contó como es la vida en Roma, le hable un poco de como era mi vida antes de vivir aquí, claro no le conté de que me gano la vida, continuamos saliendo los días siguientes, hasta que ella un día me beso, me vio a los ojos, dios, sus ojos se veían hermosos, estaban llenos de amor y felicidad, pero todo era una ilusión, yo solo la necesitaba para el trabajo, no podía sentir mucho cariño por ella , pero, ya era tarde, ya me había encariñado de ella, después de su beso solo la mire y le mostré mi felicidad con usa sonrisa, la acompañe a su casa, al llegar solo la abrace, y le dije: "mañana te veo a la misma hora, te quiero guapa", ella sonrió y subió corriendo las escaleras.

Llegue a casa, y le marque, para decirle: "oye bonita, quiero conocer el vaticano, ¿podrías darme un paseo no se, en la mañana aprovechando que trabajas allí, si no es mucha molestia?" ella me dijo muy feliz: "claro que sí, te veo temprano", hablamos un poco y colgamos.

Estuve en casa pensando el plan, y no podía dejar de pensar, como estaba usando a esa pobre mujer, solo para mi benefició, y yo de verdad comenzaba a sentir algo por ella, en fin, todo sea por el trabajo, así que repasemos el plan.

El inicio de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora