Una azotea hacia la libertad

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La alarma sonó a las a las 7 de la mañana como todos los días, David resopló y apagó el despertador y lo lanzó al otro lado de la habitación , no le apetecía mucho ir a clase y mucho menos después de

lo que había pasado el día anterior, así que siguió durmiendo un rato, pasado un cuarto de hora su

madre entro a su cuarto.

-Despierta, vas a llegar tarde, ya tienes preparado el desayuno.

Como no tenía muchas ganas de discutir resopló y se levantó de la cama torpemente, fue hacia la cocina y se sentó en una silla, en la mesa había un zumo y un tazón de leche con cereales, lo devoró todo enseguida.

Después fue a vestirse, se puso una camiseta negra del grupo "Black Sabbath" y unos pantalones vaqueros, se puso las botas y cogió la mochila.

No le apetecía ir a clase, el día anterior sus compañeros de clase se habían reído de él, eso no era algo nuevo, solían hacerlo, pero esta vez había sido diferente, le habían escupido, le habían tirado papeles y le habían pegado, el se había defendido y había hecho sangrar por la nariz a uno de ellos, pero a la salida le esperaba con dos chicos más y le pegaron una auténtica paliza, apenas podía andar, no le había dicho nada a su madre por que no quería que se preocupase.

Se tumbo de nuevo encima de la cama y se puso a pensar en que podía hacer para solucionar la situación, pero no se le ocurría nada, ya había hablado alguna vez con el director de lo que le hacían sus compañeros de clase pero no le había dado importancia.

Como no se le ocurría ninguna solución decidió que lo mejor era quedarse en casa, pero no sabía que excusa ponerle a su madre. Volvió a resoplar, se preguntaba por que todo lo malo le tenía que ocurrir a él.

En ese momento su madre entró en la habitación.

-Pero a un estas aquí -le espetó-vas a llegar tarde a clase.

-No me encuentro muy bien, creo que tengo algo de fiebre-mintió.

Su madre se acercó y le tocó la frente.

-No parece que tengas fiebre, vega, tira para clase.

-Pero me encuentro mal se quejo.

-¿Ocurre algo? ¿Has discutido con algún compañero o algún profesor?

-No

-¿Seguro?

-Seguro

-¿Entonces que te pasa?

-Me encuentro mal.

-Es otra cosa.

-No.

-Tienes que ir a clase.

-Esta bien.. Ya voy – dijo resoplando

-Que te vaya bien el día.

No se como pensó él, pero no lo dijo en voz alta ,en vez de eso contesto-Y a ti también mamá.

Salió de su casa sin saber que hacer a continuación, no quería ir a clase ¿pero a donde ir? Resopló otra vez al no hallar solución. Por otra parte no podía quedarse siempre en casa o escabullirse, algún día tendría que volver a clase, la sola idea le aterraba, prefería no pararse a pensar a lo que sus compañeros le tendrían preparado para cuando volviese.

Estaba agobiado, así que decidió subir a la azotea como hacia siempre que se sentía mal, le gustaba contemplar la cuidad desde lo alto, respirar el aire y pensar en como sería poder volar como los pájaros que surcaban el cielo a menudo.

Subió lentamente las escaleras y salió al exterior, estaba amaneciendo, el cielo estaba teñido de colores rojizos amarillentos y violáceos, normalmente a David le gustaba contemplar el amanecer le hacía creer que aún había esperanza, pero hoy no, hoy le hacía pensar en que tendría que despertarse día tras día en que tendría que seguir con esa vida que llevaba, esa vida que tanto odiaba.

Se asomó a la azotea, desde allí podía verse toda la ciudad, los altos edificios el parque, la catedral, hasta el colegio podía verse a lo lejos si uno se fijaba.

Una bandada de pájaros pasó volando por encima del edificio, y el joven volvió a preguntarse como se sentiría al volar, como sería ser libre y no tener que volver a la escuela. Si.. sería maravilloso pensaba, no tener que ver nunca más a sus compañeros, pero sabía que eso no iba ser así,al día siguiente tendría que ir a clase.

Eso era algo que le deprimía y le desconcertaba 

¿Por que tenía que sufrir eso él? ¿Por qué no podía ser como el resto de chicos?

Pero David era diferente en cierta manera, a los chicos de su edad les gustaba irse de fiesta con chicas, el prefería quedarse en casa leyendo o estar en el ordenador, en su clase se reían de él y le insultaban por ello, pero lo peor fue cuando descubrieron que era homosexual.

David había quedado en el centro comercial con un chico de su colegio pero que no era de su clase, el único al que consideraba un amigo y habían estado hablando, y al final habían terminado besándose.

Ese había sido el momento más feliz de su vida pero por desgracia uno de sus compañeros les vio y se lo contó al resto y estuvieron insultándole más de un mes.

Pensaba que ya se habían olvidado pero el día anterior habían seguido con la broma. David no aguantaba más quería acabar con todo se asomo aún más por la azotea y contempló el vacío, volvió a pensar en como sería volar , como sería ser libre.. y decidió que había que dejar de preguntárselo y sentirlo y saltó. El viento le envolvió y agitó su pelo y se sintió libre durante un segundo, cuando cayó al suelo en su rostro estaba dibujada una sonrisa, la primera sonrisa en mucho tiempo y la última.

Segundas oportunidadesWhere stories live. Discover now