La Hija De Diana (SDS#3)

Campamento Júpiter

- No es muy tarde para retractarte- murmura mi madre Artemisa mientras volabamos en el carro de la luna en direccion al campamento Júpiter

Las estrellas brillaban en el cielo, al estar a altura de avión la contaminación no nos afectaba, mostrando las estrellas que en la tierra no se pueden ver, la constelación de la cazadora brillaba justo encima mío, dandome ánimos, se que Zoë estaria de acuerdo con mi decisión. Me incline en la barandilla del carro, admirando el rostro estrellado de mi difunta esposa mientras pienso en el giro de 180 grados que dio mi vida cuando ese pretor entro a mi oficina

- No lo hare madre, ya eh tomado mi desición, sabes tan bien como yo que en este momento los romanos estan mas en peligro que los griegos

- Ellos tienen un ataque inminente por el ejercito de Kronos y no tienen a su líder

- Y los romanos ya estan siendo atacados y masacrados, son mas urgentes

- ¿Que pasara cuando vuelvas al Campamento Mestizo?

- No creo poder volver madre- ella me miro sorprendida- Ellos en este momento se sienten traicionados por mí y no confían, si digo "Hey me fuí un año pero volví, aqui estoy" no me recibirán muy bien que digamos

Ella iba a decir algo mas pero llegamos a la Bahía de Son Francisco, con la ciudad brillando bajo nuestro, al poco rato fue visible el Campamento Júpiter. La primera vez que estuve aquí estaba herida y preocupada pero ahora podia admirar el lugar bien

A nuestros pies se abría un gigantesco valle de varias millas de ancho. La base del valle estaba moteada con pequeñas colinas, explanadas doradas y zonas forestales. Un pequeño riachuelo en el centro cuyo curso sinuoso formaba un lago en el centro y formaba una G mayúscula por todo el perímetro. Podriamos haber estado en cualquier punto del norte de California, con álamos y eucaliptos, colinas doradas y cielos azules. Y el Monte Diablo alzándose en la distancia, justo dónde debería estar.

- Que lugar - murmure sorprendida, busque con la mirada a Nueva Roma pero vi otra cosa

En el centro del valle, acurrucada por el lago, había una pequeña ciudad de edificios de mármol blanco con tejados de tejas rojas. Algunos tenían cúpulas y otros portales con columnas, como si fueran monumentos nacionales. Otros parecían palacios, con puertas doradas y jardines enormes. Podía ver una plaza céntrica con columnas que no sujetaban nada, fuentes y estatuas. Un anfiteatro romano de cinco pisos brillaba a la luz del día, situado junto a una arena elíptica como un circuito de carreras.

- ¿Monumentos a dioses menores y competencias?- le pregunte a mi madre, ella asintió

- Ahi es donde nos adoran- dijo mi madre apuntando esta vez a otro lugar

Apunto al lugar que estaba através del lago hacia el sur, otra colina estaba poblada de edificios incluso más espectaculares: templos, Varios puentes de piedra cruzaban el río en su cruce por el valle y, al norte, una larga línea de arcos de ladrillos se alargaba de las colinas hasta la ciudad que debian ser los famosos acuaductos romanos

- Y ahí esta el que sera mi hogar por lo menos un año

Como a unos doscientos metros hacia abajo y justo al pasar el río, había algo parecido a un campamento militar, algo que solo eh visto en la televisión. Se trataba de un cuadrado de unos cuatrocientos metros con terraplenes por los cuatro costados, protegido con puntas afiladas

Parece una fortaleza de The Walking Dead, esa serie que le gustaba a Freddy

Fuera de los muros corría un foso seco, también salpicado de puntas. Torres de vigilancia de madera se alzaban en cada esquina, en cada una había un centinela con una ballesta gigantesca cargada. Por un momento pense avergonzada que el campamento mestizo solo tiene una barrera magica, pero después pensé