II

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Carl miraba de reojo a la chica que estaba junto a él, en la punta de la mesa. 

— Escuche que peleabas con Carl por tus armas— La pelirroja miró al líder y asintió despacio.

— Sí, solo quiero mis armas, no me es justo que solo me las quiten a mi. ¿Y si alguien quiere atacarme? ¿cómo voy a defenderme? Quiero mi arcus— Tomó un sorbo del agua.

— Te la daremos en unos días, solo déjanos tenerte confianza, ¿bien? Puedes tener mientras una navaja pequeña, solo con la que puedas defenderte sin herir de gravedad— La chica arrugó su nariz, disgustada— Es eso o nada.

— Está bien— Terminó su plato y lo alejo un poco de ella, miró sus manos nerviosa, sin saber que hacer ahora.

— Y bien, ¿Eliza?— La nombrada levantó la mirada hacia la chica que le había dicho que se llamaba Enid— ¿Tienes a alguna familia que busques? ¿algo?— La chica suspiró sintiendo sus hombros volviéndose pesados.

— No en realidad. Mis padres estaban en Francia cuando todo esto empezó— Dejó caer sus hombros— Me separé de mi hermano cuando una horda de caminantes nos ataco. Eso es todo.

— Oh— La mesa se quedo en silencio.

— ¿Has intentado buscar a tu hermano?— Preguntó la novia del líder.

— Sí, pero no lo sé...— Dejó caer sus hombros de nuevo— Quizás ya este muerto— Masajeo sus hombros un poco— No era bueno defendiéndose.

— Ya veo— Respondió la mujer rascando su frente y terminando de comer también— Es bueno tener a otra chica aquí, algún chico pasara a ser el líder en un tiempo— La pelirroja sonrió con sinceridad por primera vez.

— Supongo que...— Habló la chica nueva— Es hora de irme, seguramente Daryl me espera— Dijo sarcásticamente riendo un poco— Como sea, tengo que irme. Gracias por todo, Grimes— Se despidió pero antes de levantarse de la mesa, una mano sobre la suya la detuvo, miró al chico de cabello largo.

— Quédate un rato— Miro sus manos juntas y retiro con rapidez la suya— Tenemos algunos juegos y te daré la navaja— La chica sonrió al notar el nerviosismo del chico.

— Esta bien.



— ¿Esta es tu habitación? 

— Sí, ¿por qué?— La pelirroja sobo su hombro.

— Solo... no lo sé— Se sentó en la cama mirando la habitación del chico, la castaña se sentó junto a ella. El silencio comenzó a reinar la habitación, haciéndolo todo incomodo.

— Iré a buscar la navaja— Se apresuró a decir Carl y salió de la habitación para dirigirse a quien sabe donde.

— Así que...— Intentó hablar Enid.

— No intentes hablar si no tienes de que— Ambos par de ojos verdes se encontraron— Todo esta bien.

— Bien— La chica comenzó a tararear una canción mientras se paseaba por la habitación, se detuvo frente a un pequeño buró, y tomó la fotografía que estaba sobre este. La miró con ambas cejas alzadas. Podía reconocer a Carl y a Rick en las fotografías, pero no a la mujer ni al bebé que esta cargaba— No deberías de tocar eso.

— ¿Por qué?— Se giró a mirarla— ¿Quién es ella?— Le preguntó apuntando a la mujer.

— No toques eso, Eliza. En serio, son cosas de Carl.

— Sé que son cosas de Carl, solo estoy viendo— El un llanto de lo que parecía ser alguien pequeño interrumpió la platica, Eliza se apresuro a salir de la habitación, acercándose de donde provenía el sonido.  Abrió la habitación del final del pasillo, encontrándose con una cuna— Hey— Dijo acercándose y mirando a la niña que yacía en esta, la chiquilla dejo de llorar por un momento, le extendió los brazos, haciendo ademan a que la sujetara— Oh no, no, no, no lo haré— La niña volvió a llorar ruidosamente— Mierda, cállate por favor— Cubrió a la niña con una cobija, rogando por que así se quedara callada.

— ¿Qué mierda estas haciendo aquí?— Preguntó una voz ronca detrás de ella, giró y miró a Carl.

— Solo estaba llorando, vine a ver y ya— Levantó las manos.

— ¿Sí? Y le pusiste una puta cobija en la cara.

— No sé como hacer que se calle.

— Vete de mi jodida casa.

— Dame mi arma.

— ¡Sal de mi puta casa!— Alzó la voz el chico, enojado.

— ¡Dame mi jodida arma!— El chico la empujo.

— Vete, es la última vez que te lo diré, vete a la mierda.







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