Capítulo Único

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En sus momentos reflexivos, sus pensamientos eran los únicos compañeros que tenía, y casi todos estos se enfocaban en Kei, su mejor amigo.

En diversas ocasiones, Arata tuvo que inventar excusa tras excusa para apartarse de él, porque el sólo hecho de estar a su lado ya era una tortura, descontrolando todo en su interior; y claro, siempre conseguía convencer a Kei por su personalidad extrovertida, haciéndole creer que todo estaba bien.

Pero, hasta cuándo continuaría así?

Shindo suspiró, colocándose los audífonos y sumergiéndose en la música mientras miraba hacia el cielo; quizás buscando allí el valor para confesarse, hallar las palabras correctas y no quedar como un completo idiota enfrente de su mejor amigo.

Y en eso estaba, viéndose interrumpido por un suave golpe en su cabeza; confundido se volteó a ver al responsable de ello, encontrándose con el bonito rostro del ruso.

─Kei!─exclamó, ya que no se lo esperaba; rápidamente se quitó los audífonos, desviando por costumbre la mirada.

─Supuse que estarías aquí─le dijo él, sentándose a su lado─. De vez en cuando sueles perderte en ti mismo al reproducirse la música, así que decidí hacerte compañía.

─Qué se supone que significa eso?─le cuestionó Arata con el ceño fruncido─. Te colaste en mi momento de paz.

─A veces es bueno hablar con alguien, sobretodo si te sientes solo─se justificó Kei.

─No me siento solo─"mientras estés conmigo" quiso añadir Arata, pero como siempre se contuvo─. Además, no deberías estar en clases?

─Nos dieron la hora libre, ya que el maestro no vino─le informó el ruso, sonriendo genuinamente─. De hecho, no deberías estar tú en clases?

─No tengo cabeza para concentrarme y estar encerrado en una sala repleta de imbéciles─Shindo se encogió de hombros, empezando a sentirse nervioso; no duraría demasiado allí, a su lado.

─Ya veo... ─Kei le miró de reojo por unos segundos, percatándose de que su mejor amigo se había puesto tenso de repente─. Sucede algo?

─Sí, sucede algo─Arata se reincorporó de golpe, apretando con fuerza el bolso entre sus manos─. Quiero irme, necesito estar solo, aunque no me siento solo! sólo para aclarar.

Ahí estaba otra vez. Kei no lo comprendía, ese comportamiento evasivo por parte de Arata ya le resultaba extraño, y le sorprendía siendo que se trataba de él; ya suficiente tenía con hacer de cuenta que no pasaba nada, asumir que todo estaba bien.

─Por qué siento que me estás evitando?─Kei fue directo, reincorporándose también.

─No lo hago! realmente quiero estar solo, Kei─Shindo empezó a retroceder, mas no contó con que su mejor amigo le detendría por el antebrazo, lo cual le provocó un sobresalto.

─He tratado de pasarlo por alto porque se trata de ti, pero ya no puedo─le decía el ruso, atrayendo a Arata mínimamente hacia su cuerpo─. Si tienes algún problema conmigo, puedes decírmelo; sabes que detesto que cargues con todo tú solo.

El castaño bajó la mirada, observando el agarre de Kei sobre su brazo con cierta melancolía; qué debería hacer? su mejor amigo estaba sospechando, y ahora mismo no se le ocurría una excusa bastante buena para soltar.

A menos que...

─Tengo problemas para confesarme hacia alguien─prefirió decir Arata, esta vez siendo indirectamente honesto; esperaba que funcionara─. No sé cómo lo haré, ya que nunca he sido bueno en esto...

─Estás enamorado de alguien?─Kei no lo podía creer, esto sí era inusual de ver en su mejor amigo─. Y por eso estás así?

─Exacto─Shindo le sonrió, con su corazón acelerándose en anticipación de la verdad─. Sabes que soy un poco tímido cuando se trata de los sentimientos, de demostrarlos y todo eso... así que estuve pensando en hacerlo de este modo─llevó ambas manos al pecho del ruso, aferrándose suavemente a la tela de la camisa que traía puesta, disminuyendo la distancia entre los dos lentamente─; mirarle a los ojos con cariño, decirle lo mucho que me gusta y el caos que genera en todo mi cuerpo con tan sólo verle sonreír o escucharle hablar...

Kei de repente se sintió nervioso, sin moverse un ápice tras ver la considerable cercanía entre él y el castaño; por reflejo situó sus manos en la delgada cintura de su mejor amigo, sólo para sostenerlo.

─Pensé que tú podrías ayudarme con esto, Kei─murmuró Shindo contra sus labios, llevándose una grata sorpresa al sentir cómo éste le atrapaba desde la cintura; aquello le dió el valor necesario para proseguir─. No quiero arruinar mi... confesión? con esa persona, quiero que todo salga perfecto.

Quiero que sientas mis sentimientos por ti.

Arata se inclinó lo suficiente, valiéndose de su agarre en el pecho ajeno cabe decir, juntando sus labios con los de Kei, pero sin hacer ningún movimiento; tan sólo sus labios contra los ajenos haciendo una leve presión, para separarse minutos después.

Había cerrado sus ojos con fuerza, para luego abrirlos despacio y asumir que por lo menos esa indirecta confesión había resultado bien; contempló el rostro sorprendido y aturdido de su mejor amigo, y levemente rió. Se le hacía muy tierno.

─Y? crees que lo hice bien?─le preguntó Arata, recuperando la confianza y ese carisma propio de su personalidad.

"Acaso quiere tomarme por idiota?" Kei no había nacido ayer, y conociendo perfectamente al castaño, sabía lo que acababa de hacer, aunque tampoco le disgustó; al contrario, de algún modo le agradaba y le daba respuestas a todas sus dudas, a todas esas evasivas que prefirió ignorar en su momento.

Ahora lo comprendía absolutamente todo.

─Entonces... ─Kei volvió a tomar por la cintura a Shindo, para al instante dirigir su diestra hacia la barbilla de éste─. Estoy seguro de que la persona a la que decidas confesarte, te responderá de este modo.

Y con ello sus labios se unieron una vez más, aunque esta vez era un beso verdadero, los dos siguiendo el ritmo del otro, haciendo de aquel beso uno furtivo; sus ojos cerrados, sintiendo ese íntimo y sencillo contacto que hasta ese momento era imposible de ocurrir.

Arata temblaba, pero el ruso le sostenía con la suficiente fuerza para no dejarle caer; pasó sus brazos por sobre los hombros de él, rodeándole de una forma gentil el cuello, queriendo prolongar ese beso un poco más.

Kei no se negó, ahora posando su mano libre en la nuca del castaño, intuyendo que quería sentirle todavía más; y él, por supuesto, ansiaba degustar el dulzor de los labios de Arata, sabiendo de antemano que le había robado su primer beso.

Porque Kei Ignatov era el primer amor de Arata Shindo. Ambos concretando un beso gracias a una ¿confesión? indirecta.

Una Confesión? | Kei x ArataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora