2. ¿Socios?

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-Andrew, hijo -escuché cómo Jon me llamó al entrar a la cocina donde me encontraba.

-Jon, ¿qué tal estás? -saludé alegre.

Jon siempre estaba trabajando incluso los veranos, se encerraba en su oficina y nadie sabía de él, a veces podíamos estar en la misma casa sin vernos por días.

-Estoy muy bien hijo, ¿tú que tal vas? - preguntó mientras dejaba acariciaba mi espalda con cariño.

-Excelente, ¿se te ofrece algo? -pregunté al verlo en la cocina pues, él nunca iba a ese lugar.

-Sólo te estaba buscando, los Lambert nuestros vecinos, darán una pequeña reunión en celebración a su regreso en la casa este verano mañana en la tarde. Invitaron a todas las familias de la zona y quería saber si querías ir -ofreció.

Hice una mueca de desagrado.

-No lo sé, no me gustan las "pequeñas reuniones" de los ricos, siempre terminan siendo una fiesta muy producida -mencioné recordando todas las veces en las que eso sucedió.

-Ay Andrew -Jon soltó una carcajada- Será divertido, además sirve para que conozcas a su hija que según sé es como de tu edad. Así no pasas el verano tan solo -propuso.

-Es que ya la conocí - volví hacer una mueca de desagrado

-¿Y? -Jon quería más información.

-En absoluto nos llevaremos bien algún día -solté

-Ay Andre, tú no eres así de negativo, esta fiesta puede servir en serio, irán otros chicos de tu edad si de verdad la señorita Lambert no te agrada -sonrió.

-Es que no es que ella no me agrade, es que yo soy el que no le agrada -solté un suspiro

-Da igual, irás a esa fiesta con nosotros porque eres de la familia -dijo decidido.

-Jon... - intenté protestar

-No hablaremos sobre ese tema otra vez, soy como tu padre y debes obedecer a este viejo -colocó sus manos en la cintura tratando de verse autoritario a lo que reí.

-Ya no iba a decir nada más, sólo te iba a recordar que a Fernanda no le gusta que me asocien con ella -sonreí nervioso.

-Ya lo he dicho, eres mi hijo, no de sangre pero mi corazón te adoptó como a uno y eso te hace de mi familia por mucho que ella quiera negarlo -se acercó para abrazarme y para dirigirse a la salida de la cocina.

-¿Alguna vez me contarás mi historia? -pregunté antes de perderlo de vista, se detuvo y me miró.

-Algún día -la sonrisa que me brindó era nostálgica.

Él salió finalmente de la cocina y me dejó ahí con mis pensamientos haciendo ruido en mi cabeza.

Toda mi vida me había preguntado lo mismo.

¿Quién era?

¿Cómo Jon me encontró?

¿Qué pasó con mi familia?

El pasado era algo tan borroso y poco palpable, mis recuerdos antes de los Stanfford estaban distorsionados. Pero, ¿por qué?

-¡Ojitos de niño guapo! -sonreí al ver a Christian entrar para ir directamente a mí para saludarme.

-¿Aún con eso? -pregunté divertido-Tus ojos también son lindos, son azules, ¿sabes cuántas chicas se derriten por unos ojos azules? -arqueé mi ceja coquetamente para molestarlo.

Un Amor de VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora