Como me dijo mamá, fui a su casa esta tarde.
Me recibió con una taza de té verde y unas golosinas y nos sentamos en el sillón a charlar.
─¿Todavía sigues consumiendo drogas?─ me pregunta con preocupación.
─Ahora sólo tomo cerveza y fumo uno que otro cigarro. Al fin me hice consciente de lo que provoqué─ le digo mirando el piso recién encerado.
─Kojiro, no te echo la culpa de lo que sucedió. Fue una lástima lo de Maki. Yo quería que criaran a Tora los dos juntos y con mucho amor. Esperaba a que tú te hicieras cargo de él y te convirtieras en un buen padre, pero la tristeza de lo que sucedió no te lo permitió, y lo comprendo, cuidar a un hijo es muy difícil en ese estado de tristeza...
Sólo atino a asentir a todo lo que dice mientras trato de evitar que las lágrimas se asomen. Todo lo que me está diciendo es cierto. Más que cierto. Y me hace sentir el peor ser humano de la Tierra.
─¿Dónde están Takeru, Naoko y Masaru?
─Están en tu habitación.
─¿Y Tora...?
─¡Hermanito!─ mis hermanos se acercan a mí y me abrazan.
─Cuánto tiempo─ les digo con una sonrisa.
─Te extrañamos, hermanito─ me dice Naoko.
─Y yo a ustedes─ les acaricio sus lindas cabezas.
─Bueno, ¿empacaron todo para el gran viaje?─ les pregunta mamá.
─¡Síiiiiiiiii!
─Que les vaya bien─ les sonrío.
─Igualmente, Kojiro. El viaje al aeropuerto será muy largo, así que nos iremos ahora— mamá me abraza junto con mis hermanos.
─¡Nos vemos, hermanito!
─Cuídense.
Salieron afuera cuando el taxi que los llevará al aeropuerto llegó. Los despedí agitando el brazo mientras que se iban alejando cada vez más. Entro y empiezo a buscar a Tora. No aparece.
─¡Tora!
De repente, veo una sombra pasar de una habitación a otra. Un niño de cabello castaño y ojos celestes se asoma por el pasillo y me quedo mirándolo de reojo.
─To- tora...
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𝗘𝗟 𝗛𝗜𝗝𝗢 𝗗𝗘 𝗞𝗢𝗝𝗜𝗥𝗢 𝗛𝗬𝗨𝗚𝗔 ❱ 𝗖𝗧 ✔
FanfictionKojiro Hyuga y Maki Akamine tuvieron un hijo al que bautizaron Tora, pero desde que Maki murió durante el parto, Hyuga se deprimió y decidió dejar a Tora al cuidado de su madre. Pasan siete años y lo ve por primera vez cuando tiene que cuidarlo, ya...