𝟖. || 🥀

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Fuimos a dormir luego de comer.

Dormimos en la misma cama, ya que como vivo solo, no tengo otra cama para mi hijo. De todas formas no me molesta para nada, ya que se trata de mi hijo, no de un extraño cualquiera.

Lo miro: duerme como un bebé. Se ve muy "comestible".

─Se ve tan frágil, y vulnerable...─ acaricio su cabeza sin despertarlo.

Me alegra dormir con mi hijo luego de tanto tiempo. Estoy muy arrepentido de dejarlo. Hubiera estado presente en sus momentos más importantes. Después debo preguntarle cuál fue su primera palabra y cuándo dio sus primeros pasos. Todo eso hizo al día a día de él, y sé lo horrible que es crecer sin un padre...

Si tan sólo Maki no hubiera muerto...

Debo dejar de pensar en eso, ya que se me está por escapar un lagrimón, y detesto ser "de moco fácil", como decía el padre de Maki, ya que según él, la madre de Maki era muy sensible y muy fácil de hacer llorar.

Creo que llegó la hora de dormir. Mañana vendrán Ken, Takeshi y Sorimachi, y tengo que estar bien descansado.


Tora y yo nos levantamos, desayunamos y jugamos con el nuevo balón de Tora en el patio.

─¿Qué pasó? ¿No puedes quitármelo?─ le pregunto mientras trato de evitar que él me lo quite.

Tora ríe tratando de quitármelo, pero eso es imposible, hasta que...

─¡Capitán!

Aprovechando la distracción, Tora logra quedarse con el balón.

─¿Hmm? ¿Quién es la señora de pelo negro, papi?

─¡¿Cómo "señora?! ¡¿No ves que soy hombre?!

Takeshi y Sorimachi se ríen a carcajadas.

─Cuánto tiempo─ les digo.

─Lo mismo digo, capitán.

─¿Quién es el niño?─ pregunta Takeshi.

─Él es Tora, mi hijo.

─Así que él... es el hijo de Maki y tuyo─ dice Ken, mirando a Tora.

Tora se acerca a Ken y lo saluda haciendo una reverencia.

─Jejeje, es muy lindo─ hace una reverencia también─. Yo soy Ken Wakashimazu, el mejor amigo de tu padre─ acaricia su cabeza.

─Yo soy Takeshi Sawada, y él es Kazuki Sorimachi.

─Awww, ¡es taaaaan adorable!─ Sorimachi pellizca sus mejillas.

─¡Ayy, bastaaaa!

─¡Esos ojos celestes!

─¡Papáaa!

─¡DÉJALO QUIETOOO!─ le grito, y el muy bobo se asusta. Tora se esconde detrás de Ken.

─Ese es mi capitán─ dice Takeshi.

─Nadie toca a mi hijo.

─Entendido─ Sorimachi asiente con la cabeza, temblando de miedo.

─¿Quieren jugar fútbol?─ les pregunto.

─Igual que en los viejos tiempos─ dice Ken.

─¡Yo quiero!

─Cuenten conmigo.

─¡Quiero jugar!─ exclama Tora.

─¿Quieres jugar? Pero puedes lastimarte...

─Déjalo que juegue, capitán. Prometemos ser suaves con él para no lastimarlo.

─Porfiii, papi─ tira de mis pantalones.

─Está bien─ le sonrío y acaricio su cabeza.

Jugamos un buen rato. Todos mejoraron en estos siete años. Wakashimazu dejó que Tora le anotara dos goles. Hay que dejar que los niños tengan ventaja.

Entramos porque se hizo tarde. Tora está jugando en nuestro cuarto con Takeshi y Sorimachi, mientras que Ken y yo estamos hablando en el sofá.

─¿Estás feliz, capitán?

─Demasiado. Cometí un horrible error al abandonarlo así. Dejé que la tristeza me ganara y lo dejé solo. Fue algo muy feo que le dejé en su día a día, me perdí detalles que le hicieron a la vida de él... Fui un muy mal padre por mucho tiempo, pero eso acabó.

─De todas formas entiendo por qué decidiste dejarlo con tu madre. Nadie puede manejar ese estado de depresión, y más si está cuidando a un hijo. Por un lado fue bueno lo que hiciste.

─Eso fue lo que me dijo mamá, pero igual me siento un reverendo idiota...

─No digas eso, Hyuga, lo importante es que están juntos, y son felices. Deberías sentirte orgulloso─ me abraza.

─Gracias por estar siempre, Wakashimazu─ le correspondo el abrazo.

𝗘𝗟 𝗛𝗜𝗝𝗢 𝗗𝗘 𝗞𝗢𝗝𝗜𝗥𝗢 𝗛𝗬𝗨𝗚𝗔 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora